domingo, 9 de diciembre de 2012

Evolución humana, el Plan Divino



Evolución humana, el Plan Divino.

 K.V.K. NEHRU

 El Dr. K.V.K. Nehru es conferencista de la sección India de la Sociedad Teosófica.  Esta presentación fue realizada el 27 de diciembre de 2008 en la Convención Internacional de Adyar.

    Preámbulo

  Los avances en los sistemas de comunicación, información tecnológica e Ingeniería en transportes, han acercado a las comunidades en una forma sin precedentes.  Entre otras cosas, esto ha aumentado tremendamente nuestro poder de poner en peligro el medio ambiente de todas las formas de Vida, incluyendo la nuestra.

   La Sabiduría Antigua señala que, junto con la evolución de las Formas de los organismos, sólo estudiada por los científicos, existe una evolución de la Vida y la Conciencia que se expresa a través de estas formas en evolución. Cuanto más avanzada es la forma, mayor es la potencia de la conciencia que puede manifestarse a través de ella.  En realidad, es el ímpetu de la Vida en evolución lo que conduce a la evolución de las formas de los organismos.

   También enseña que el propósito de la Creación, en la medida en que la mente humana pueda comprenderlo, es la Evolución de la Conciencia, partiendo de un estado de Perfección Inconsciente, a través de una Imperfección Conciente, al estado de Perfección Conciente.

   Las nuevas generaciones tienen que ser educadas acerca de la Unidad Orgánica de Vida, y en la cooperación -no la competencia- la cual debería ser su forma de expresión.





   Metas y Hacedores de Metas



   Los principales desafíos que enfrenta la humanidad hoy día no se deben a falta de educación. Son creados por personas muy educadas y por profesionales: abogados, administradores de empresas, científicos, economistas, comandantes militares, diplomáticos y así sucesivamente. Estamos generando seres humanos desequilibrados, inteligentes, muy capaces intelectualmente, pero casi primitivos en otros aspectos de su vida, científicos e ingenieros de primera que pueden enviar seres humanos a la Luna, pero también pueden ser brutales con sus cónyuges; seres humanos que tienen un conocimiento extenso de la forma en que el universo funciona pero muy poca comprensión de sí mismos o de sus vidas.

   No es difícil rastrear el origen de toda la miseria humana al fenómeno del «yo» en el hombre. Es allí donde todos los males comienzan.  Las guerras, la violencia y la explotación tienen su origen fundamental allí. Entonces, el problema de la reconstrucción del mundo es el problema de la regeneración del individuo.

   En el nuevo contexto de una globalización segura, las viejas metas - tanto a nivel individual como a nivel corporativo- se tornan inaplicables; si la supervivencia fuera el objetivo esperado, estas metas deberían ser redefinidas. Esto requiere una comprensión de la naturaleza espiritual del hombre, ya que él mismo es el hacedor de metas: el hombre debe saber por qué convierte su “necesidad” en “codicia”.





   Calendario geológico



   Las investigaciones científicas indican que la tierra se solidificó hace aproximadamente  4500 millones de años.  La Figura 1 muestra esto en una escala de veinticuatro horas. Al principio no había oxígeno, ni en los océanos ni en la atmósfera, sólo nitrógeno, CO2, etc. No hubo vida en la tierra hasta cerca de 2600 millones de años atrás.  Esta era se denomina por lo tanto  azoica.

   En ese momento aparecieron unas algas color azul-verdoso y así comenzó el proceso de fotosíntesis, convertir el H2O en oxígeno con la ayuda de la luz solar. Éstas trajeron el nivel de oxígeno atmosférico al valor actual de 21%, necesario para las formas de vida posteriores. Comúnmente no se toma en cuenta el hecho de que originalmente estos organismos unicelulares, que produjeron el oxígeno, han prosperado mucho más eficazmente en un nivel de oxígeno de casi la mitad de ese valor mencionado. Si el principio de “la supervivencia del más apto" fuera el único principio que rigiera la evolución de la vida biológica, nunca habrían producido el nivel de 21% de oxígeno mencionado. Parece que estaban creando un entorno más adecuado para la vida posterior. En varios aspectos, pareciera que la evolución de la vida se muestra a través del seguimiento de un Gran Plan, y que la evolución a escala planetaria, ha ocurrido mediante la co-evolución y no a través de la competencia.


Fig. 1


  

  A continuación tuvieron lugar las Eras Arqueozoica y Proterozoica, cuya duración total fue de 1450 millones de años, seguida por la Era Paleozoica (350 millones de años) de invertebrados y anfibios. Los grandes reptiles iban y venían en la nueva era Mesozoica (140 millones de años). Los mamíferos aparecieron en la próxima Era, la Cenozoica (60 millones de años).  El Homo Sapiens ha aparecido en los últimos millones de años.





   Jerarquías de niveles biológicos



   La Sabiduría Antigua, presente en la literatura esotérica de todas las grandes religiones, examinada y corroborada por los sabios, señala que junto con la evolución de la Formas, que sólo los científicos estudian, existe una evolución de la vida y la Conciencia, y que los sistemas de formas vivientes y no vivientes, constituyen una jerarquía de niveles de organización. Cuanto más avanzada es la forma, mayores son las potencialidades de la conciencia que pueden manifestarse en ella. De hecho, es el impulso de vida en desarrollo lo que conduce a la evolución de las formas de los organismos.

   En toda esta larga historia de evolución biológica podemos ver una construcción gradual de complejidad estructural, junto con un desarrollo funcional.

Fig. 2



  En la Figura 2 se muestran los niveles sucesivos de organización de la materia. Estos forman una jerarquía que, en cualquier determinado nivel contiene todos los niveles inferiores como componentes y es en sí mismo un componente de todos los niveles superiores. Los niveles subsiguientes son estructuralmente más complejos que los inferiores en la medida en que un determinado nivel combina la complejidad de todos los niveles inferiores y tiene una complejidad adicional propia. En cualquier nivel de organización no sólo existe una cierta autonomía, sino también la necesidad de trascenderla para cumplir con los requisitos de un Todo mayor del que forma parte.

   Algo totalmente nuevo sucede en el nivel subsiguiente de organización, y esto no es explicable en términos de un nivel más bajo. Un tejido, por ejemplo, es más que la suma de sus células. Existe entonces un salto entre niveles, espacios o hechos transcendentes, en el proceso evolutivo. No existe una explicación puramente lógica de esta situación; con la comprensión actual la relación entre los niveles no puede ser predicha. El premio Nobel Ilya Prigogine llamó a este proceso de auto-organización.

   Hay otra implicancia de la forma en que la vida está organizada. Mientras que los niveles más altos coordinan los niveles inferiores, todos los niveles se afectan entre sí. Esto no debe ser visto como una jerarquía de control a la manera de una organización o empresa donde existen niveles de mando. Los flujos de interacciones e información son multilineales y fluyen tanto hacia arriba como hacia abajo.





    Evolución de la Conciencia



    En los procesos de organización de los sistemas vivos, se mantiene un equilibrio dinámico entre la autoafirmación o la autonomía, y la sumisión a las exigencias del todo inmediatamente superior de la jerarquía. Actualmente, en el caso de los seres humanos, el nivel más alto siguiente en la organización jerárquica, es el diversamente llamado "Hombre Celestial", "la Humanidad", o simplemente la "Conciencia Global" que aún no se formó, a tal punto que todo el control surgido pudiera ser percibido por la conciencia individual que lo compone. Sin embargo, que esta Conciencia Global ya existe, y que en esta nueva etapa de desarrollo de conciencia son cada vez más los individuos sensibles y adaptados a ella, ha sido ampliamente demostrado por las extensas investigaciones realizadas durante la última década por el Programa de Ingeniería de Investigación de Anomalías (PEAR) de la Universidad de Princeton.

   La conciencia es relativamente inactiva en el Reino Mineral. Adquiere el poder de responder con sentimientos en el Reino Vegetal. Se añade una nueva dimensión de conciencia en el caso de los animales, particularmente la del pensamiento. Sólo en el Reino Humano comienza a florecer en las dimensiones de la Actividad Creativa y de la Intuición.  La experiencia directa con la Unidad de Vida, Orden en la Naturaleza y Amor puro, caracteriza cuando se desarrolla, esta nueva dimensión de la conciencia. Nos referiremos a esta dimensión como la conciencia del “Hombre Ético”.
Fig.3

   El Hombre Ético

  Actualmente, la evolución nos ha llevado al límite de esta nueva etapa en el desarrollo de la conciencia humana. Sólo unas pocas personas muestran signos de este desarrollo. Son los precursores. La mayor parte de la humanidad está aún en la etapa de intentar controlar la mente animal (donde las pasiones y deseos son predominantes) y desarrollar una Mente Concreta, y de allí a desarrollar la Mente Abstracta. En el hombre, ante la toma de una decisión o ante una acción, predomina la respuesta instintiva y emocional en oposición a la acción "correcta".

   Aunque esta transición a la siguiente etapa no se ha completado aún, ha aumentado el número de personas que están tomando conciencia de la coherencia, la belleza y la bondad, lo que evidencia el amanecer de la nueva conciencia.  No sólo esto: la próxima etapa de evolución está en espera de nuestra participación conciente. La comprensión de los Principios constitutivos del Ser Humano (del Individuo) sirve para darnos una vista en perspectiva del Gran Plan, nuestro rol en el mismo, y la dirección que tenemos que seguir para trabajar.



   La Mónada (turiyâtmâ), existente en el Plano Anupâdaka, manifiesta una reflexión de sí misma y adquiere vehículos en los planos inferiores con el objeto de adquirir experiencia. Los átomos permanentes y principios se mantienen unidos a la Mónada con la ayuda de las siete Jerarquías Creadoras. Los cuatro principios inferiores constituyen la Personalidad perecedera, que se renueva en cada encarnación. El verdadero Individuo, el Ego (jivâtmâ), continúa en el Cuerpo Causal y se prolonga a lo largo de la etapa humana.

   El Yo Humano tiene un programa y una meta para sí mismo: volver a su origen divino en pleno estado de conciencia despierta de Hombre Ético. Él logra esto mediante la adquisición de experiencia en el mundo del tiempo y el espacio a través de la 'Personalidad'.  La Personalidad se compone de cuatro principios o vehículos de conciencia que trabajan en los niveles “bajos” de la existencia, el más bajo de los cuales es el mundo físico que nosotros percibimos. Estos cuatro principios son, respectivamente, los cuerpos/planos psico-emocionales a través de los cuales se experimentan pensamientos y emociones, el Doble Etérico que es el vehículo de los cinco tipos de prana-s (vitalidad) y energías nerviosas y el cuerpo físico denso a través del cual se experimentan sensaciones. Durante largos períodos de evolución la Personalidad  hace de sus fantasías sus propias metas en la vida. Éstas pueden no estar en consonancia con los objetivos espirituales del Ser Humano (particularmente el Hombre Ético). Sin embargo, la experiencia constante y la obtención de conocimiento nos obligan a darnos cuenta de nuestra verdadera meta espiritual. A partir de esa reflexión la Personalidad coopera y armoniza con el Yo, haciendo del mundo un lugar para vivir hermoso y bueno, para todos.



Huella ecológica



   A mediados del siglo XIX la población mundial alcanzó los mil millones, y el uso de sus recursos aumentó drásticamente. Tanto la población como el uso de los recursos continuaron creciendo a lo largo del siglo XX. En los últimos cincuenta años, la humanidad ha utilizado más recursos naturales que en los últimos miles de años pasados en forma conjunta.

 


Fig. 4

    La "huella ecológica" da una estimación cuantitativa de la sobrecarga humana sobre la naturaleza: define la participación en la productividad biológica del planeta utilizada por un individuo, una ciudad, una nación, o la totalidad de la humanidad.  Si la huella del asentamiento es mayor que su área, ese asentamiento no es auto-sustentable. Una ciudad es intrínsecamente no sustentable porque muy pocos de los recursos naturales utilizados por su habitantes provienen de dentro de sus fronteras. En 1996 en la biosfera de la Tierra había 12600 millones de hectáreas biológicamente consideradas como espacios productivos, lo que representa alrededor de una cuarta parte de la superficie del planeta. Compartida en forma equitativa, para una población de 5,7 billones, la participación sobre la superficie de la tierra sería de 2,18 hectáreas por persona. Actualmente, la proporción de tierra se ha reducido: hay más personas, 6,3 billones, mientras que la productividad biológica de la biosfera se ha mantenido, en el mejor de los casos, constante. Así, hoy en día la proporción de Tierra para cada persona en el planeta sería de 2,1 hectáreas. Sin embargo, la huella promedio llega a 2,8 hectáreas y está creciendo rápidamente.



Inminente crisis mundial



   Nos acercamos al límite de la capacidad del planeta para sostener la vida humana. Las disciplinas de Teorías de Sistemas Generales y Ecología de Sistemas señalan que vivir en ese límite es sumamente peligroso, porque los ecosistemas no colapsan de un modo sistemático. Las sociedades modernas han estado operando con la suposición errónea de que en la naturaleza la causa y el efecto son proporcionales, una onza más de contaminación produce una onza adicional de daños. Sin embargo, esto no es así. Los ecosistemas pueden ser contaminados por muchos años sin ningún cambio en absoluto, y luego de repente cambian completamente a una condición diferente. Los cambios graduales acumulan vulnerabilidad hasta que un único shock al sistema, tal como una inundación o una sequía, lo golpea y lo deja en un estado diferente, menos adaptado para sustentar la vida humana y la actividad económica. Las observaciones de los científicos sobre los tsunamis, por ejemplo, indican que el mundo actual se dirige a tal crisis. También señalan que la visión de un mundo pacífico y sustentable, y la adopción de un estilo de vida simple proporcionarán una positiva retroalimentación ecológica que puede evitar esta desgracia.







Los dos hemisferios



   Las investigaciones sobre el cerebro muestran que los dos hemisferios del cerebro humano (corteza cerebral) se especializan en distintas funciones. En el hemisferio izquierdo, se encuentran los centros del habla y de la actividad verbal mientras que las apreciaciones artísticas y musicales se encuentran en el hemisferio derecho. La actividad intelectual pertenece a la izquierda, mientras que la creatividad y la intuición (la percepción directa de la verdad en vez del razonamiento) a la derecha.

   Desafortunadamente, el modo predominante de enseñar los fenómenos mentales ha sido verbal, por lo que ha hecho hincapié sobre el cultivo excesivo del funcionamiento del hemisferio izquierdo. Si bien esto se adapta al aprendizaje de la capacidad analítica y lógica, no es adecuado para las facultades relativas al hemisferio derecho.

   En nuestra cultura actual, este desarrollo desigual del cerebro humano puede fácilmente ser observado con la ayuda de unos pocos ejemplos. Tomemos, por ejemplo, el cricket. Ya no disfrutamos más solamente el juego, nos interesamos por intelectualizarlo con información, por ejemplo, generada por una computadora. Del mismo modo, en un concierto, ya no se aprecia la música en sí misma. Se analiza la composición y así sucesivamente (lo que es pensamiento, intrusión).

   Las verdaderas cualidades humanas como la compasión, el amor y el altruismo, pertenecientes al lado derecho del cerebro, están totalmente ausentes en el hombre de nuestra cultura. Por lo contrario, el hombre calcula, divide y actúa fríamente. Ha estado operando totalmente a través del hemisferio izquierdo. Cuanto antes nos demos cuenta de esto y reestructuremos nuestros métodos educativos, comenzando con la educación del niño, mejor será para la evolución de la humanidad. Una parte importante de la formación debería incluir técnicas no verbales y más directas.









LOS DOS HEMISFERIOS CEREBRALES





 LADO DERECHO                                                       LADO IZQUIERDO



Reconocimiento de cifras complejas                

Percepción de patrones abstractos                       Percepción de orden  significativo

Sintético                                                                   Analítico

Espiritual                                                                  Mundanal

Intuitivo, creativo                                                      Detallista

Emocional                                                                Intelectual

Simultáneo                                                               Secuencial

Artístico, simbólico                                                  Lógico, matemático

Holístico                                                                    Lineal

Espacial, musical                                                    Discursivo, verbal

Fig. 5


“Yo” y “no-yo” en equilibrio dinámico



   Los sistemas son totalidades integradas cuyas propiedades no se pueden reducir a las de partes más pequeñas. "Cosas" individuales (plantas, personas, escuelas, cuencas hidrográficas) son sistemas en sí mismos y no son sustentables separados de los sistemas más grandes en los que existen. El Centro de Ecoliteratura reconoce que aprender a pensar sistémicamente es fundamental en la educación para la sustentabilidad. En la jerarquía organizativa, las innumerables entidades que forman parte de la naturaleza son entidades vivas, que son tanto interdependientes como autónomas. Son ambas conjuntos y piezas de conjuntos mayores. En su función autónoma de autoafirmación, cada entidad es un intento hacia la auto-consumación, mientras que en su papel de parte subsidiaria, cada entidad es capaz de trascenderse a sí misma en beneficio del todo. Aparentemente hay un equilibrio dinámico que mantiene el balance entre la autonomía y la sumisión a las necesidades del todo inmediato superior en la jerarquía.



   Todos los seres humanos son parte integral de un Ser Individual que es toda la especie humana. En otras palabras, todos pertenecen a un ser individual, como diferentes partes de un organismo pertenecen a ese organismo. El darse cuenta de pertenecer a un todo puede tener profundas consecuencias para nuestra conciencia y comportamiento, promoviendo la cooperación, la armonía y la tranquilidad.

   No es necesario que una sociedad global anule diferencias entre individuos, culturas y sociedades. Sin embargo, a pesar de una pronunciada diversidad social y cultural, una sociedad global pacífica y sustentable debe tener un alto grado de unidad. Las naciones y culturas del mundo necesitan estar unidas por valores y aspiraciones comunes, centrados en la creación de un entorno social y ecológico en el que todas las personas puedan vivir con dignidad y bienestar.

   Estilos de vida más simples deben ser la regla a seguir porque así la gente tendrá un sentido más profundo de la responsabilidad de su comunidad y su medio ambiente.

   También es necesario el renacimiento de la espiritualidad. Con menos estrés y ansiedad en la vida cotidiana, la gente puede explorar las dimensiones más elevadas y profundas de su vida.

   En el balance final, la alternativa decisiva a un mundo de miseria, conflictos y violencia, es un mundo sustentable y equitativo que inspire la paz en los corazones de los seres humanos, que es la condición previa a la paz duradera en el mundo. En la creación de una visión de tal mundo, tiene un papel de importancia la ciencia holística de los sistemas y la evolución. Y aquellos de nosotros que estamos desarrollando esa ciencia tenemos una mayor responsabilidad en esto.

   La educación del siglo XXI no debe preocuparse por un mayor “progreso” pero sí por la transformación interior de la conciencia humana.





EL ‘YO’ Y EL ‘NO YO’ EN EL EQUILIBRIO DINAMICO

 Fig. 6

 Lo que se da a continuación podría ser un delineamiento general:

1) Crear una Mente Global, no una mente nacionalista. Todos somos ciudadanos de este mundo y compartimos la Tierra como nuestro hábitat. Podemos trabajar para los problemas locales pero también es importante hacerlo con una comprensión global.

2) Hacer hincapié en el desarrollo humano, no sólo en lo económico. No debemos considerar a los niños como materia prima para lograr el progreso económico de la nación. La educación debe ocuparse principalmente del desarrollo de todos los aspectos de un ser humano, físico, emocional, intelectual y espiritual, para que vivan creativa y felizmente como parte del todo.

3) Fomentar la investigación, no el conformismo. El niño debe ser libre de cometer errores y aprender por sí mismo sin el constante temor de ser reprendido por los adultos. Una mente así es racional, flexible y abierta al cambio y no irracionalmente ligada a una opinión o creencia. Esto implica la ausencia de toda propaganda. No es cierto decir: "Nuestro país es el mejor país, nuestra cultura es la mejor¨, eso sólo es propaganda que divide a la gente.

4) Fomentar la cooperación.  Trabajar en equipos y la capacidad de trabajar en armonía con los demás es más importante que el logro individual. Es importante que cada individuo haga lo mejor que pueda pero no es indispensable que sea mejor que otro. El sentido de la competencia que estamos fomentando en los niños conduce a la envidia, los celos y la rivalidad, y destruye el amor y la amistad.  Por lo tanto, es malo.

5) Crear una Mente lista para aprender en lugar de una Mente adquisitiva. El despertar de la inteligencia es más importante que el cultivo de la memoria, tanto en la vida como en estudios académicos. Los sentimientos de amor, respeto, belleza y amistad no se pueden enseñar, pero sí se puede despertar la sensibilidad: esta última es una parte esencial de la inteligencia.

6) Crear una mente que sea a la vez Científica y Religiosa en el verdadero sentido.  No sólo se debe desarrollar la inteligencia basada en el pensamiento, sino también la inteligencia basada en la intuición. Una mente que sólo es racional y científica, puede ser extremadamente cruel y carente de amor y compasión.  La que es sólo religiosa (en sentido estricto) puede ser demasiado sentimental, supersticiosa y por lo tanto neurótica.  Sin este innegable equilibrio entre emoción e intelecto, la mente no está verdaderamente educada.

7) El Arte de Vivir. Hemos equiparado la calidad de la vida con el nivel de vida y la medimos en términos de renta per cápita. Cuando educamos no sólo para el desarrollo económico, sino también para el desarrollo humano, nos interesamos por la felicidad del individuo como un todo, en el que el bienestar físico y la comodidad son una parte pequeña pero necesaria.  El arte de vivir consiste en disfrutar de todo lo que uno hace, independientemente de los resultados que ofrece.





De la playa cubierta de caracoles, junta uno,

Y escucha sus labios: ellos suspiran

El mismo deseo y misterio,

El eco de todo el discurso del mar.

Y así, en lo profundo del ser, toda la humanidad

no es sino lo que tú eres.

Y Tierra, mar, hombre, todos están en cada uno.





Dante Gabriel Rossetti

Los límites del mar











Bibliografía:



1. Center for Ecoliteracy, sitio web en http://ecoliteracy.org

2. Proyecto de Conciencia Global, sitio web en http://noosphere.princeton.edu

3. Goleman, D., Inteligencia Emocional, Bantam Books, New York, NY, EE.UU., 1996.

4. Instituto para la Ética Global, sitio web en http://globalethics.org

5. Jantsch, E., El Universo auto-organizado, Pergamon, Nueva York, 1980.

6. Krishna, P., "La Educación Correcta para el Siglo XXI¨, XXII Congreso Internacional Montessori, Universidad de Uppsala, Suecia, julio de 1997.

7. Krishnamurti, J., La Red del pensamiento, Fundación Krishnamurti, India 1982.

8. Larson, DB, Más allá del espacio y el tiempo, Tucek y Pub Tucek. Co., 1651 W. San Lucas de unidad, de Tucson, AZ85704, EE.UU., 1994.

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10. Leadbeater, CW, El Hombre, Visible e Invisible, IV de la Plata, Editorial Teosófica, Chennai, India, 1971.

11. Lemkow, AF, El Principio de Totalidad: Dinámica de la Unidad dentro de la Ciencia, la Religión y la Sociedad, Editorial Teosófica, Wheaton, IL, EE.UU., 1990.

12. Prigogine, I. & Stengers, I., Orden en el caos, Bantam Books, EE.UU., 1984.