Kandinsky
La Sociedad Teosófica es una Organización Espiritual Internacional, que aspira a despertar la Sabiduría y Conocimiento de los misterios del universo y del ser humano.«Una sociedad para la búsqueda de la Sabiduría Divina, sabiduría Oculta o Espiritual, HPB.». Cel: 94783083 / Dir: Calle Grajales 1761 Stgo centro. Cursos Introductorio de Teosofía: Lunes 19:30 hrs. (Excepto feriados).
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domingo, 26 de mayo de 2013
domingo, 19 de mayo de 2013
NO HAY OTRO SENDERO POR EL QUE IR.
NO
HAY OTRO SENDERO POR EL QUE IR.
NO HAY OTRO SENDERO POR EL QUE IR.
Mary Anderson
Esta bella frase de los Upanishad-s puede al principio sorprendernos ¿.Es un principio fundamentalista, semejante a la declaración de aquellos que toman las palabras de la Biblia literalmente, de que solamente a través de la creencia en Jesús puede uno ‘salvarse’? ¿No es cada uno de nosotros, único? ¿Puede que no escojamos nuestro sendero de acuerdo a nuestro propio temperamento? ¿No se dice a menudo que hay tantos senderos como hay peregrinos? Ambas declaraciones – de que todos tienen su propio sendero y de que hay solamente un sendero – son verdaderas. Es una de las paradojas de la vida espiritual, un intento de expresar a través de una aparente contradicción, algo que no puede ser declarado en palabras o explicado al intelecto.
Si hay solamente un sendero, ¿qué es lo que llega a ser libre voluntad? ¿Estamos obligados a seguir un cierto sendero? ¿No tenemos opción en el asunto?. Consideremos primero el asunto dela opción y en qué medida la tenemos.
¿Tenemos una opción si estamos en las garras del apego emocional, deseo o adicción? Entonces probemos con todas nuestras fuerzas de satisfacer nuestros deseos. No tenemos opción. Nuevamente, ¿tienen opción el santo o el sabio, la persona que ha vencido el egoismo? Tal persona ya no está cegada por sus deseos personales, ypor lo tanto, es capaz de ver las cosas como son y juzgarlas de acuerdo a esto. Para quien tenga perfecto discernimiento no hay alternativa, sino hacer lo correcto. El sigue el sendero que es a la vez amor y sabiduría, y por lo tanto, justicia. No hay contradicción ni opción.
Por supuesto, la mayoría de nosotros no somos ni esclavos de nuestros deseos ni sabios iluminados. Estamos en alguna parte entre ellos. Somos torturados de aquí para allá por nuestros deseos de comodidad, agitados o la paz interna por una parte, y por la otra por lo que sentimos que es nuestro deber. O dos deberes pueden parecer estar en conflicto: nuestro deber para la familia y amigos, y nuestro deber con la verdad; el curso de nuestra acción sugerido por nuestra conciencia, y ese sugerido por el sentimiento. Algunas veces este estado asume las proporciones de un dilema y tenemos noches insomnes, sopesando los pros y los contras de las diferentes posibilidades que se abren ante nosotros. A menudo tenemos que escoger, pero esta opción puede ser una tortura, quizás una tortura necesaria, a través de la cual tenemos que abrir nuestro camino al discernimiento.
¿Y qué hay de la libre voluntad y de la libertad de pensamiento? Excepto cuando estamos en las garras de nuestra naturaleza de deseos, cuando somos notablemente parecidos, ¿no seguimos todos nuestro propio único sendero?
La frase ‘no hay otro sendero por el que ir’ podría tomarse individualmente.. Cada uno tenemos nuestro sendero único que seguir, el cual es nuestro dharma.. Así, para cada uno de nosotros no hay otro sendero sino el propio. De acuerdo a nuestro dharma y temperamento, podemos ser hombreso mujeres de acción, sentimiento o pensamiento.. Así, los senderos que seguimos serían karma-marga (el sendero de la acción), bhakti-marga (el sendero dela devoción), o jñaña-marga (el sendero del estudio, del conocimiento, llevando a la sabiduría). Todos nosotros tenemos un cuerpo físico y actuamos con él, y todos tenemos sentimientos y pensamientos; ellos son parte de nuestra composición.. Asi, no hollamos exclusivamente el sendero de la acción, sentimiento o pensamiento, aunque podemos inclinarnos más a uno que a otro.
Cuando uno avanza en uno de estos senderos, manifiesta más y más de los otros senderos, hasta que finalmente se reúnen, quizás en el Raja Yoga, el Yoga de la Voluntad, porel cual todos los senderos son medios para la misma meta: el fin dela separatividad, el regreso ala Unidad. Así, estos senderos o yogas puede decirse que inicialmente son diferentes pero internamente el mismo. En este sentido, verdaderamente, ‘no hay otro sendero porel que ir’.
En otro aspecto, podemos decir que no hay otro sendero por el que ir: Las descripciones del sendero de santidad en diferentes religiones tienen características muy fundamentales en común. No podría ser de otro modo, si todas las religiones surgen de la misma Filosofía Eterna fundamental.
Todas las religiones tienen un ideal sea la liberación, Cristo,, el Bodhisattva o Dios, ya sea como un padre personal o como el Absoluto, la Causa Sin Causa, la Raíz de todas las cosas, o la Unidad de todos. Este ideal produce, pasivamente, devoción hacia algo más grande de lo que somos o podemos concebir, y, activamente, aspiración de acercarnos a este ideal, de ir más allá de lo que podemos sentir, pensar o concebir. En todas las religiones existe la percepción, aunque vaga, de algo más allá que nos atrae hacia delante.
Si eso que está en el corazón de todas las cosas es la Unidad, entonces al aproximarnos inevitablemente nos acercaremos a todos los otros seres y cosas. Nosotros sentimos más y más parentesco, amor y compasión hacia otros. Tal amor y compasión se enseñan en todas las religiones.
Acercándonos a otros, nos alejamos de nosotros, nos volvemos menos egoístas y más desinteresados. Alejándonos del yo espontánea y naturalmente –‘olvidarse del yo por amor al hombre’ – conduce a la pureza , porque lo que nos mancha es el egoismo. Tal pureza es la esencia de la ética,, la que también se acentúa en todas las religiones. La ética es eminentemente práctica, teniendo que ver con la forma en que vivimos, y sobre de lo que tanto depende. Citando a Aldous Huxley (La Filosofía Perenne,p.2):
‘...la naturaleza de (la) Realidad Una es tal que no puede ser directa e inmediatamente aprehendida excepto por aquellos que han escogido cumplir ciertas condiciones, volviéndose afectuosos, puros de corazón, y pobres de espíritu’.
El agrega: ‘¿Por qué esto debería ser así?. No sabemos’. Pero podemos aventurarnos a adivinar. Si nuestros corazones están llenos de pensamientos del yo, del cual podemos aún no estar conscientes, no hay lugar en ellos para ninguna otra cosa.
Si no observamos ciertos principios éticos, no estamos siguiendo el sendero espiritual, porque los principios éticos tienen su base en el inegoísmo. Huxley cita a William Law (Id.,p.279):
¿Sabe usted de dónde es que han aparecido tantos falsos espíritus en el mundo, quienes se engañan a si mismos y otros con falso fuego y falsa luz, tendiendo a exigir información, iluminación y aperturas a la Vida divina, particularmente para maravillarse bajo el extraordinario llamado de Dios?’ Es esto: se han vuelto hacia Dios sin apartarse de ellos mismos; sería vivir en Dios antes de morir a su propia naturaleza...’
Quien se aproxima a la Unidad, apartándose del yo, se acerca no solamente a todos los otros seres, sino también a las cosas tal como son. Ver las cosas como son es Sabiduría. El yo, con sus ideas preconcebidas, ya no obstaculizan la visión clara.
Un maestro Zen sirvió una taza de té a su supuesto discípulo. Continuó vertiendo el té en la taza mucho tiempo después que se había desbordado. Así ilustró la inutilidad de tratar de instruir a quien no es capaz de recibir esta instrucción por que no hay espacio en él para ella. Uno que está lleno de pensamientos del yo y deseos egoístas no puede escuchar, déjenlo aprender solo
Para resumir, la aspiración y la devoción a lo sagrado, amor y compasión por todos los seres, el altruismo, una vida ética pura y sabiduría: Estas características son comunes al sendero espiritual como retratadas en todas las religiones en su forma más pura. Si uno va a llevar una vida verdaderamente religiosa, verdaderamente ‘no hay otro sendero por el que ir’.
Como declaré antes, la ética es eminentemente práctica y tiene que ver con nuestra vida diaria. Nuestra vida diaria es lo que está más cerca de nosotros, y podemos comenzar el peregrinaje espiritual solo desde donde estamos. ‘No hay otro sendero por el que ir’. Un Inglés preguntó a un Irlandés el camino a Cork y recibió la respuesta: ‘Si fuera usted, no comenzaría desde aquí’. Y por supuesto el Inglés no podía hacer otra cosa que comenzar desde donde estaba! No podemos! Pero primero debemos saber donde estamos, es decir, conocernos, como somos en nuestra naturaleza externa; en otras palabras, conocer nuestras imperfecciones.
¿Por qué tantas instrucciones espirituales son formuladas negativamente, no? Quizás porque, diciéndonos lo que no hacer, nos haría conscientes que lo que estamos haciendo, pensando o sintiendo no es lo que debería ser si deseamos hollar el sendero espiritual!
En una definición de las enseñanzas Budistas se nos dice primero: ‘Cesa de hacer el mal’,y solamente entonces ‘Aprende a hacer el bien, limpia tu propio corazón; esta es la enseñanza de los Buddhas’.
Ejemplos de nos son los Mandamientos en la Biblia (Exodo,20, 12-17):
‘No mates.
No cometas adulterio.
No robes.
No digas mentiras en perjuicio de tu prójimo...
No codicies la casa de tu prójimo...etc.’
Los cinco yamas, la primera rama de las ocho del Raja Yoga, las auto-restricciones o votos de abstención, son extrañamente similares a los mandamientos bíblicos:
‘abstente de matar/dañar (ahimsa)
abstente de la falsedad (satya)
abstente de robar (asteya)
abstente de la incotinencia sexual (brahmacharya)
abstente de la posesividad, de la adquisición (aparigraha)
Estas normas de conducta puede que no parezcan muy ambiciosas. ¿Quién entre nosotros tiene el hábito de matar, mentir, robar, etc.? Pero tienen implicaciones más profundas y más amplias. Ahimsa, abstenerse de matar o dañar, implica que voluntariamente no infligimos daño , sufrimiento o dolor a cualquier criatura viva por medio de la palabra, pensamiento o acción. Satya, o verdad meramente no significa no mentir, sino también no decir ‘pequeñas mentiras’ –dar una falsa impresión, mentir en pensamiento o mentirnos a nosotros mismos, practicando el auto-engaño. Asteya es abstenerse no solamente de robar, sino también de codiciar lo que no es nuestro o de tomar sin dar algo a cambio – aún si es ‘solamente’ gratitud. Brahmacharya es evitar la incontinencia sexual no solamente en la acción sino también en el pensamiento (Mateo, 5:28).
‘...pero yo les digo que cualquiera que mira con deseo a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón’.
Una historia Budista Zen relata cómo dos monjes, en su peregrinaje , llegaron al banco de un río. Una joven les imploró que la ayudaran a cruzar el agua. El monje de más edad la cruzó en sus brazos. El monje más joven estaba escandalizado y no habló por algún tiempo. Entonces, al final acusó a su compañero: ‘No puedo comprender como usted, un monje, pudo tocar a una mujer!’ El más viejo respondió: ‘Yo la bajé en el banco del río. Tú aún la estás cargando!’
Aparigraha puede extenderse a significar no simplemente a codiciar lo que no es nuestro, sino a desear algo para nosotros exclusivamente.
El Diagrama de Meditación de H.P.Blavatsky también contiene nos en la forma de lo que llama ‘Carencias’. Somos constantemente instruídos de rehusarnos a pensar en la realidad de:
‘Separaciones y Encuentros, Asociaciones con Lugares, Tiempos y Formas. (Así deberíamos evitar el apego a las cosas transitorias).
La diferencia: Amigo y Enemigo (Este es el rechazo del apego a nuestra concepción temporal de los demás).
Posesiones
Personalidad
Sensación’.
Así nos hacemos conscientes y nos separamos del apego a las cosas transitorias.
Los yamas – los noes- son morales y prohibitivos; ellos forman la base ética del yoga o de la vida espiritual. Los niyamas u observancias nos dicen qué hacer positivamente. Indican la disciplina que adoptar en la organización de la vida de uno. Los noes limpian el lugar de la construcción, demuelen la vieja y ruinosa casa y cavan los cimientos del nuevo edificio; los niyamas o los que hacer, nos dan el anteproyecto para el nuevo edificio que erigir. Consisten de:
Pureza (Sauca)
Contentamiento (samtosha)
Austeridad (tapas)
Estudio de si mismo (svadhyaya)
Sumisión a Dios (Isvara-pranidhana)
Estas observancias tienen que practicarse no por el bien de uno, sino por el bien delos demás. No deberían forzarse, sino ser la segunda naturaleza. Así, la pureza no es una actitud de ‘más santo que tú’ sino una necesidad interna.
El Ser interno espuro, pero su expresión a través de los vehículos externos es débil. Son los vehículos los impuros. Podemos empezar a purificarlos – el cuerpo físico, las emociones, los pensamientos – eliminando los elementos más groseros y reemplazándolos por materia más refinada. Este trabajo sobre los vehículos puede ser necesario para permitir que la vida moradora se manifieste. Sin embargo, es solamente cuando se manifiesta así que se produce la verdadera pureza – desde adentro. La pureza entra en existencia cuando hay inegoismo y siempre un espontáneo y gozoso auto-sacrificio.
El reemplazo de la materia más grosera en todos los vehículos sucede a través de tapas , asociado con la austeridad física (tal como la habilidad de ayunar), en la que, sin embargo, los sentimientos y pensamientos no pueden sino también incluirse. Aquí la voluntad trabaja completamente hasta el plano físico. Podemos asociar tapas sobre todo con el Raja Yoga pero también con el Karma Yoga.
Isvara-pranidhana o devoción es el gran limpiador de las emociones, junto con ser una poderosa ayuda para la concentración y la unidireccionalidad. Su vehículo son las emociones, en cuanto a que llegan a ser un verdadero reflejo de buddhi como Amor.
Svadhyaya es el conocimiento más profundo, el conocimiento de nuestra propia verdadera naturaleza. Su vehículo es la mente, kama-manas, dejándose llevar más y más hacia buddhi-manas, la mente pura, el vehículo de la Sabiduría.
Podemos intentar practicar el contentamiento, pero es más bien un producto secundario de nuestros esfuerzos en el sendero, un termómetro de nuestro progreso, aunque no debemos confundirlo con la indiferencia.
Para resumir y al mismo tiempo buscar las implicaciones más amplias de la frase, ‘No hay otro sendero por el que ir’: Finalmente, el único sendero que seguir es el sendero que conduce desde lo externo a lo interno, en otras palabras, desde la personalidad a la Mónada, del materialismo a la espiritualidad, de la distracción a la unidireccionalidad, del egoismo al desinterés, del pequeño ‘yo’ al Uno.
Esto se aplica a nosotros mismos individualmente y a la evolución de la humanidad, de la cual somos una parte inseparable. Podemos aplicarlo a la evolución del cosmos entero. Ahora que hemos – no hace mucho, en una escala cósmica – pasado el nivel más bajo, el punto de retorno entre la involución y la evolución, entre el hundimiento más y más en el materialismo y el ascenso de nuevo una vez más a la espiritualidad, ‘no hay otro sendero por el que ir’ para nuestro mundo entero., y el sistema al que pertenece. Estamos en el sendero hacia arriba, camino a casa.
Este sistema contiene innumerables ‘círculos dentro de círculos’. Algunos de nosotros estamos, en algunos particulares,, en el ‘arco descendente’, cuando sentimos codicia, odio y también temor. Pero la tendencia íntima de nuestra naturaleza es superar esos obstáculos.
El camino es largo, pero el final es seguro. Y esta es una forma de aumentar la alegría, cuando desechamos las cadenas del materialismo y del egoísmo y abordamos la libertad del Espíritu. ‘No hay otro sendero por el que ir’, y más tarde o temprano debemos seguir este camino, no porque estemos obligados a hacerlo así, sino porque hacerlo así es nuestra naturaleza, si vamos a ‘llegar a ser lo que somos’.
The Theosophist, Noviembre de 2001
Tradujo: Perla
domingo, 12 de mayo de 2013
ENTRANDO AL JARDÍN DE LA TEOSOFÍA
ENTRANDO AL JARDÍN DE LA TEOSOFÍA
(Charla Convención, Adyar, 27
de Diciembre de 2005)
A menudo se dice que los
dos pilares de la Sociedad Teosófica
son la fraternidad universal y la libertad de pensamiento. La fraternidad
universal implica amor hacia todos, tal amor fraternal como el que debería
–aunque no siempre – existir entre hermanos y hermanas o en una familia en
general. Y la libertad de pensamiento debería finalmente implicar sabiduría.
La raíz de la fraternidad
universal se halla en el origen de la humanidad, verdaderamente de todos los
reinos de la naturaleza. Todos los seres, aún todas las cosas que existen,
tienen un solo origen, lo mismo que los hermanos y hermanas en una familia
tienen los mismos padres. El amor es algo que nos une, que nos atrae de vuelta
a la Unidad
desde la que procedemos y la cual
añoramos, sea que nos demos cuenta o no.
Cuando consideramos el
otro pilar de la Sociedad Teosófica ,
la libertad de pensamiento, ¿no parece haber una contradicción entre los dos
pilares? Ciertamente, el acuerdo con
otros, la armonía de mentes, puede
profundizar la amistad. Se dice que las grandes mentes piensan de la misma manera. Por otra parte, un
brillante intelecto puede seducir a otros, incluyendo a esos que son demasiado
perezosos para pensar por si mismos. Deberíamos tener una mente abierta por una
parte, pero por la otra no deberíamos simplemente tragar ideas notables sino
pensar cosas por nosotros mismos, llegar a nuestras propias conclusiones.
¿Qué impide a nuestros
pensamientos liberarse? Ha habido y aún hay tiempos y lugares donde la libertad
de pensamiento ha sido y todavía es suprimida. Se me preguntó una vez con toda
seriedad que diferencia había entre la Sociedad Teosófica
y el Partido Comunista, puesto que ambos creían en la fraternidad. Pude
solamente pensar en responder con un dicho más bien fuerte en Alemán: ‘Si tú te rehúsas a ser mi
hermano, te romperé el cráneo’. Así, la libertad de pensamiento puede ser
suprimida desde afuera. Pero puede ser suprimida a través de nuestros propios
defectos, si somos demasiado perezosos para pensar o tememos llegar a ciertas
conclusiones, especialmente si tales conclusiones pueden mostrarnos en una luz
negativa o si parecen estar en contradicción con el otro pilar de la Sociedad Teosófica ,
la fraternidad. Verdaderamente, algunas veces la fraternidad y la libertad de
pensamiento pueden parecer halar en
direcciones opuestas, ¿pero no es posible respetar las opiniones diferentes en
otros y sentir fraternidad hacia ellos? ¿Podemos estar juntos diferentemente?
Puede algunas veces ser una
bella arte mantener los dos pilares de la Sociedad Teosófica
en equilibrio – un equilibrio flexible, vivo, apoyando la piedra angular que es
la Sociedad
Teosófica. Los dos pilares y la piedra angular juntos forman
la entrada que conduce al jardín de la Teosofía , que no significa que no hay otras
entradas que conduzcan allí.¿ No somos capaces de apoyar la Sociedad manteniendo el
delicado equilibrio entre la fraternidad y la libertad de pensamiento, de modo
que la Sociedad
permanezca como una entidad viva fuerte y cumpla su función como una puerta?
Si entramos al jardín de la Teosofía , ¿qué
encontramos? Un jardín crea un bello medio ambiente.. Los jardines han
inspirado a poetas con sentimientos religiosos:
‘Un jardín es una obra de
amor,
ingenio de Dios!
un cantero de rosas,
un estanque rodeado de
helechos;
el entorno de absoluta paz.
y sin embargo, el tonto dice
que ahí, Dios no está
Que Dios no está presente
en un jardín
durante el fresco atardecer?
No, yo veo la señal que a estar seguro me
anima,
que en mi jardín, es el mismo
Dios que por el camina.
Thomas
Edward Brown
Muchos monasterios Cristianos y Budistas son
famosos por sus jardines.
Aún una pequeña planta puede
inspirarnos. Hay la historia de un pastor escocés quien amaba la Naturaleza pero fue
obligado a pasar el invierno en el pueblo haciendo trabajos manuales. El tenía,
en el pequeño ático que arrendaba, una margarita en una maceta que cuidaba con
mucho cariño. Para él la margarita representaba el campo y todas las plantas que él tanto
extrañaba.
Un jardín puede parecer un
símbolo apropiado para la
Teosofía , la Sabiduría Divina. Si entramos a través de la
puerta de la Sociedad Teosófica ,
apoyada por sus dos pilares, la fraternidad y la libertad de pensamiento, esto
implica que entramos con un corazón que ama y una mente libre, libre del
dogmatismo y la superstición – al menos podemos esperarlo!
¿Qué encontramos en este
jardín? ¿Qué buscamos y qué encontramos en un jardín? Aquellos seres vivos
llamados plantas: árboles, flores, hierba y lo que se necesita para la vida
vegetal: tierra, agua, aire y, sobretodo, luz del sol.
Simbólicamente, ¿puede que
seamos las plantas, creciendo en el jardín de la Teosofía ? Necesitamos
tierra, agua, aire y luz del sol, no solo físicamente sino también en el
sentido de que estos pueden ser símbolos para aspectos de nuestro ser. En otras
palabras, necesitamos materia física y un cuerpo físico, con el cual actuemos,
simbolizado por la tierra, necesitamos materia más fina, algunas veces llamada
‘astral’, simbolizada por el agua, para expresar nuestros sentimientos y la
cual modelamos con nuestras emociones, nuestros deseos, y necesitamos la
materia mental más fina, simbolizada por el aire, expresando nuestros
pensamientos y la cual modelamos con estos pensamientos. Pero lo que
necesitamos sobre todo y lo que siempre tenemos, aunque no conscientemente, es la
Luz Divina del Espíritu, simbolizada por la
luz del sol.
Somos entonces estas plantas,
nutridas por nuestras buenas acciones, nuestro amor, nuestros pensamientos
surgiendo libres y nuestra naturaleza espiritual.
Un jardín necesita ser
atendido. Así, deberíamos atender las plantas que somos. Deberíamos asegurar
que nuestros cuerpos fueran alimentados con alimento puro, saludable, producido
sin dañar a alguna criatura, de modo que sean fuertes y saludables para la
actividad útil. Nuestras emociones deberían ser nutridas con el agua pura de
los sentimientos bondadosos y armoniosos, expresando compasión y amor.
Deberíamos mantener nuestras mentes abiertas al aire puro y sano y no dejarlos
en la depresión o barridos por los huracanes de la sensación, de modo que
podamos pensar de una manera ordenada, libre e impersonal. Y nunca deberíamos
olvidar que en nuestro íntimo ser somos espíritu, somos parte de la vida UNA, somos esa vida.
Los símbolos pueden, sin
embargo, significar diferentes cosas y las plantas de nuestro jardín pueden
también simbolizar la
Teosofía.¿Pero que significamos por Teosofía? Hay lo que ha
sido llamada Teosofía Primaria y lo que ha sido llamada Teosofía Secundaria. La
mayoría de nosotros pensamos de la
Teosofía en primer lugar como una enseñanza, como una
filosofía, como un maravillosos sistema metafísico que explica tantas
cosas misteriosas, tantos problemas de
la vida. Pero la Teosofía
como una enseñanza, aunque maravillosa, útil e iluminadora, ha sido llamada
simplemente Teosofía Secundaria.
¿Qué es entonces la Teosofía Primaria ?
Es la Teosofía
en acción, la Teosofía
en nosotros, en nuestras vidas. Y solamente cuando aplicamos las enseñanzas
teosóficas en la vida diaria podemos realmente decir que hemos comprendido estas enseñanzas, no solo con la mente, sino
con todo nuestro ser, de modo que nuestra vida se transforme. Así llegamos a
ser afectuosos, verdaderamente al final totalmente inegoistas, desinteresados,
nos volvemos sabios y también eficientes porque, si somos realmente inegoistas
somos libres de esos deseos egoístas que comúnmente vician nuestros
sentimientos, nuestros pensamientos y aún nuestras acciones. Entonces
comprenderemos las enseñanzas teosóficas en un nivel más profundo, no solo en
teoría sino también y sobre todo en la práctica. Así, se ha dicho: ‘Vive la
vida y llegarás a la
Sabiduría ’.
Las enseñanzas
teosóficas son como una semilla que se planta. Tal semilla puede simbolizar ala
Teosofía Secundaria. Y la Teosofía Primaria ,
una vida realmente teosófica, es la flor en la cual la planta alcanza la apoteosis de su belleza. Además, es el
fruto resultante que nutrirá a otros, y la semilla que se plantará y difundirá la Teosofía no solo como una
enseñanza sino como una forma de vida. Somos esta flor, este fruto, esta
semilla. Esta es la
Teosofía Primaria. El ejemplo de una vida teosófica es
contagioso. ¿Cómo tantos miembros que conocemos nos dicen que su primer
contacto o contacto decisivo con la
Teosofía no fue un libro, sino una persona – no una persona
perfecta, sino quien cuya vida también ha sido transformada por la Teosofía ?
Pero miremos la Teosofía Secundaria ,
la Teosofía
como una enseñanza, como una filosofía. ¿Cuáles son los fundamentos de las
enseñanzas teosóficas? Hay presentaciones muy diferentes, pero ambas Mme.
Blavatsky y la Dra. Besant
señalaron las tres enseñanzas fundamentales
que pueden transformar las idas de las personas: la Unidad de toda Vida, la Reencarnación , y el
Karma. Así, estas peden ser las semillas plantadas como Teosofía Secundaria.
Tomemos primero la Unidad de toda Vida. Toda
planta se origina de una diminuta semilla.
Esta semilla proviene de otra planta, que creció de otra semilla. La
imagen de una semilla se usa verdaderamente en el Chandogya Upanishad por un padre que explica a su hijo lo que es su
verdadera naturaleza: La esencia invisible dentro de una diminuta semilla es el
origen de un gran árbol, representando todo el universo, y esta diminuta
semilla, este origen –‘Este eres tú’. Si retrocedemos lo suficiente con el
pensamiento podemos darnos cuenta que todos estamos físicamente relacionados.
Es un pensamiento asombroso. Todavía más asombros es el pensamiento de que esta
Unidad que compartimos con otros es nuestra verdadera naturaleza como también
esa de todos los seres humanos, verdaderamente de todas las criaturas vivas – y
de todo lo que vive.
La reencarnación está
ilustrada en la ‘muerte’ aparente de las plantas en invierno y su ‘renacimiento’
en la primavera, la que, si realmente lo consideramos, puede llenarnos de
admiración. El concepto de reencarnación puede disipar el temor a la muerte.
Verdaderamente, puede mostrarnos la necesidad de la muerte, de nuevo por
analogía con la vida de la planta: ‘Les aseguro
que si un grano de trigo no cae en la tierra y muere, sigue siendo un solo grano; pero si muere, da abundante
cosecha’ (San Juan, 12:24).
La ley del Karma está
ilustrada por San Pablo en las palabras: ‘No se engañen ustedes, nadie puede
burlarse de Dios. Lo que se siembra, se cosecha’ (Gál. 6:7). Encontramos su eco
en las palabras de Luz de Asia (p.215):
‘Recogéis lo que sembrasteis.
¡Ved este campo! El sésamo fue sésamo, y trigo el trigo. El silencio y la
sombra lo saben, ¡así nace el destino del hombre! Viene a cosechar tanto sésamo
o trigo como el que sembró en una existencia anterior, tantas hierbas malas y
venenosas que enferman a él y a la tierra dolorosa. Si trabaja bien,
arrancándolas y plantando en su lugar semillas benéficas, el suelo será
fecundo, hermoso y puro, y será rica la cosecha’.
Y sobre todo – sobre la Teosofía Secundaria ,
la semilla plantada en la tierra, y sobre la Teosofía Primaria ,
la flor, el fruto, y nuevamente la semilla, esto es, lo que hacemos de esta
semilla – allí brilla el sol de la
Teosofía , la Sabiduría
Divina.
En el jardín de un
templo en el Oriente habían flores de
loto, las que nuevamente son altamente simbólicas: símbolos de la constitución
de un ser humano y de su crecimiento espiritual, de ‘llegar a ser lo que uno
es’.La flor del loto tiene sus raíces en la tierra, en el lodo, al fondo del estanque de lotos, representando al
cuerpo físico. Sus tallos se elevan a través del agua, simbolizando las
emociones, se elevan más alto a través del aire – un símbolo de nuestras
mentes, nuestros pensamientos – y finalmente la flor del loto se abre a la luz
del sol del espíritu. Así nuestra consciencia, al principio se concentra en el
cuerpo físico, luego a nivel de nuestras emociones, luego en nuestros
pensamientos, finalmente encuentra su destino en la luz del sol del espíritu.
Los árboles, también
adornan el jardín y tienen su significado simbólico. Encontramos el Arbol de la Vida en la tradición Nórdica:
el árbol Yggdrasil, el símbolo del mundo, el árbol del universo, del tiempo y
la de vida. Al comienzo del Discurso XV del Bhagavadgita
leemos: ‘Con ramas arriba, con ramas debajo, dícese que el Asvattha (árbol
Banyan de la vida terrena) es
indestructible…’ Esta es una descripción del mundo en el que vivimos. Las
raíces de este mundo están en el mundo espiritual retratado como ‘arriba’. El
segundo verso continúa:
‘Sus ramas se
proyectan hacia abajo y hacia arriba, nutridas por las cualidades; los objetos
de los sentidos son sus brotes, y sus raíces crecen hacia abajo, los lazos de
la acción en el mundo de los hombres’.
Esta parece ser una
descripción de nosotros los seres humanos, viviendo en el mundo de los objetos
que percibimos por medio de los sentidos, estando sujetos a las gunas:
indolencia, pasión y armonía, y creando Karma por nuestras acciones.
Luego sigue una descripción
de cómo escapar de este mundo de ilusorias percepciones de los sentidos, las
gunas y los lazos del karma.
‘Una vez abatido
este Asvattha fuertemente arraigado, con el arma firme del no apego, puede
buscarse ese sendero de más allá, en cuyo recorrido no hay retorno. Voy
ciertamente hacia ese Hombre Prístino, de donde brotara la energía antigua’.
Así podemos ver en
la vida de las plantas interesantes símbolos de las enseñanzas de la Teosofía , útiles
ilustraciones de cómo la
Teosofía puede volverse viva en nosotros. Pero tales símbolos
no son solamente instrumentos útiles para ilustración y comprensión. La raíz de
un símbolo se halla en el principio de analogía, que revela el mismo proceso
que trabaja en diferentes circunstancias, en diferentes niveles.
‘Como es lo Interno,
así lo Externo, como es lo Grande, así es lo Pequeño; como es arriba, así es
abajo; no hay sino UNAVIDA Y UNA LEY; y quien trabaja es el UNO. (La
Doctrina Secreta y su Estudio, citada en Fundamentos de la Filosofía Esotérica
(I. Hoskins), pp.65-6)
¿No nos recuerda la
analogía de un jardín que las mismas leyes son operativas en todas partes?
The Theosophist, Enero de
2006
Tradujo: Perla R.
domingo, 5 de mayo de 2013
CONOCIMIENTO TRANSFORMADOR
Dara Tatray
Este es un intento de investigar
la naturaleza del pensamiento y la clase de esta investigación. Una
consideración de la naturaleza del pensamiento, y del conocimiento, surge de la
naturaleza y la constitución del ser humano, y debe intentarse en el proceso de
toda seria discusión del conocimiento o sabiduría. También surge de la trama de
la vida, y de la historia, en un momento en que nuestra falta de auto-control o
auto-conocimiento, parecen arriesgar el
bienestar de tantas criaturas y culturas.
Es importante que todos los que
participen en una investigación así, ubiquen dentro de si mismos las materias
bajo discusión. Si el escritor está hablando acerca del ‘conocimiento’ y el
lector pone atención solamente a las palabras, entonces este será un movimiento
de palabras vacías. En toda discusión metafísica, es vital ubicar dentro de
nosotros las materias bajo discusión: después de todo, dentro de nosotros es el
único lugar donde el pensamiento, conocimiento, sabiduría, y todas las otras
materias metafísicas se van a encontrar. Los asuntos empíricos se van a encontrar en el mundo externo/empírico: los asuntos metafísicos
están adentro. Las materias principales de investigación metafísica se dice que
es Dios, el alma, y el mundo. Tanto J. Krishnamurti como el sabio del sur de
India Ramana Maharshi, intentaron
aclarar abundantemente que las respuestas siempre residen en los mismos
problemas, en los mismos asuntos. Así es que debemos poner atención a ellos.
Esto es quizás más fácil de lo que la mente complicada lo hace aparecer.
Un visitante preguntó una vez a
Ramana si debería abandonar sus negocios y dedicarse a leer libros sobre la Vedanta. La respuesta de Ramana
fue típicamente al punto:
‘Si los objetos tienen una
existencia independiente, es decir, si existen en todas partes aparte de usted,
entonces puede ser posible liberarse de
ellos. Pero no existen aparte de usted; deben su existencia a usted, a su
pensamiento. Así ¿adónde puede ir, para escapar de ellos? En cuanto a leer
libros sobre Vedanta, puede seguir leyendo un número de ellos. Pueden decirle
solamente, ‘Realice el Yo dentro de usted’. El Yo no puede encontrarse en los
libros. Tiene que descubrirlo usted mismo en usted’.
Esto aclara la necesidad de
ubicar dentro de ustedes, problemas o situaciones que parecen tener una
existencia independiente.
Nuestros lugares de trabajo y
negocios tienen una existencia independiente, en un sentido relativo. Pero son
solamente semi-autónomos, siendo constantemente re-creados o co-creados por
nosotros mismos. Cuando me voy de la oficina, o de mi lugar de trabajo,
permanece detrás. Pero llevo mi experiencia de este lugar conmigo. Mi encanto
en el trabajo, mis problemas (suponiendo que tengo alguno), las relaciones con
los colegas y computadores, todo eso que llevo conmigo dondequiera que voy: y
cuando regreso a la oficina, regresan conmigo. Asimismo, suponga que peleo con
mi marido, puedo dejar el matrimonio y quizás dejar estas peleas atrás. Pero
una gran parte del problema permanecerá conmigo, esperando encontrar otro
ambiente en el cual pueda expresarse. Ninguna de estas cosas tiene una
existencia independiente. Así dentro del complejo cuerpo/mente es donde debemos
mirar si vamos a mirarlos por lo que ellos son.
Por lo tanto, no es bueno hablar
acerca del conocimiento o pensamiento si no colocamos la entidad indicada por
la palabra dentro del cuerpo/mente. Si
miramos el conocimiento, pienso que concordaremos que generalmente consiste en el ‘conocimiento
acerca de las cosas’. Esto incluye no solamente la ciencia y tecnología,
conocimiento acerca de otras culturas, acerca de otros planetas, acerca del
lenguaje y así sucesivamente, sino también
como ir desde Londres a Chennai, como pasar un examen, lo que es bueno
comer y como cocinarlo, y así. Parece que podemos tener conocimiento acerca de
todas las cosas en el cosmos. La palabra ‘ciencia’ de hecho deriva de scientia que significa ‘conocer’, y el
propósito de la ciencia es reducir lo desconocido a proporciones
insignificantes. Surge la pregunta, sin embargo, si podemos, de hecho, tener
conocimiento acerca de todas las cosas, o solamente acerca de cada cosa. La
diferencia en la redacción puede ser escasa, pero las dos frases entregan
significados enormemente diferentes. Algunos preguntarían si podemos tener
conocimiento de los aspectos más sutiles de la vida: y sugiero que en el
sentido más profundo, vida y el significado de la vida siempre permanecerán más
allá del alcance del conocimiento. J. Krishnamurti y David Bohm han sugerido
que el conocimiento, el que es sinónimo de pensamiento, está siempre
condicionado, siempre mecánico; un producto del pasado. En este caso, la vida, que es siempre nueva, puede solo realmente conocerse en algún otro sentido.
La palabra ‘conocimiento’ también
se usa para referirse a un modo enteramente diferente de percepción, o forma de
conocimiento, el que no es ‘acerca de las cosas’.A esto es lo que se refiere
generalmente la palabra gnosis, o en
Sánscrito, jñana, ambas de las cuales
se refieren a la percepción intuitiva directa, que no da información acerca del
mundo, sino que ve directamente. En la tradición de la filosofía perenne esto
es lo que se mira como verdadero conocimiento o conocimiento correcto: aún cuando es mayormente no verbal, no lingüístico. Es una
forma no física de ver lo que Ramana Maharshi llamó ver con los ojos de la
realización. Cuando vemos con el ojo físico, dijo, vemos el mundo. Cuando vemos
con el ojo de la realización, ‘aparecen todas las cosas’. Este ‘todas las
cosas’, la totalidad, está siempre presente, pero generalmente no somos
conscientes de ello: estamos consciente solamente de las cosas.
Muchísimos sabios y
místicos han enseñado que para ver la
vida en su totalidad, para ver las cosas más allá hasta la totalidad de la
vida, debemos mirar hacia adentro. La orden ‘mirar hacia adentro’ puede parecer
ser más bien vaga: parece apuntar en una dirección que nunca se especifica.
Podría ayudar a conocer que desde un punto de vista experimental o práctico,
mirar directamente lo que es, ya sea un árbol o una emoción o un pensamiento,
es lo mismo que mirar hacia adentro. La palabra está siempre afuera, la cosa
está adentro.
Cuando Thoth o Hermes revelaron
primero el arte de la escritura, el Rey de Egipto se dice que se lamentó. En
respuesta, Thoth dice al Rey Thamus que no se preocupe. La lectura dice,
‘volverá a los Egipcios más sabios, y aún aumentará sus poderes de memoria’. A
esto respondió el rey, pensativo:
‘Tú que eres el padre de las
letras…has afirmado lo contrario de lo que las letras pueden efectuar. Porque
estas, a través de la negligencia de la memoria, producirán olvido en el alma
del aprendiz; porque a través de la confianza en las notas escritas externas y
ajenas, no ejercitarán los poderes internos de la evocación…
‘Tú…entregarás a tus discípulos
una opinión de la sabiduría, y no la verdad. Porque como resultado de tener
muchos lectores sin la instrucción de un maestro, la multitud parecerá estar en conocimiento de muchas
cosas de las que al mismo tiempo es ignorante, y se volverán asociados molestos
como resultado de poseer una opinión de la sabiduría en vez de la misma
sabiduría’.
Al Rey de Egipto le preocupaba
que la lectura condujera a una negligencia de la memoria, de la realización, y
a una opinión de la sabiduría más bien que a la sabiduría en si. Al leer las
palabras de los sabios sin serlo nosotros mismos, parecerá que conocemos muchas
cosas de las que en verdad somos ignorantes. Y al leerlas, puede que quedemos
atrapados en las palabras, inconscientes
de que no estamos mirando
efectivamente lo que está escrito. Deslizarse desde mirar las cosas y mirar las
palabras acerca de las cosas, sucede de instante en instante,
imperceptiblemente.
El hecho que la opinión de la
sabiduría no es sabiduría, o que el conocimiento no es percepción directa, no
sería un problema en si mismo si no fuera por la tendencia del conocimiento a
cegarse a sus propias limitaciones. El pensamiento se siente suficiente, lo
mismo que la opinión de la sabiduría siente que ha ganado la sabiduría. Se dice
a menudo que el principio del conocimiento real es saber que realmente no
sabemos. Similarmente, escuché una vez a un experto que describía como alguien
que conoce los peores errores que puede
cometer en su campo de experiencia. Podemos decir, por lo tanto, que en la
medida que el conocimiento sea inconsciente de lo que no sabemos, e
inconsciente de los peores errores que podemos cometer, no puede mirarse como
conocimiento completo o exacto. El peor error que comete el conocimiento es
seguramente substituirse por conciencia. Esta es la trampa o artimaña principal
del conocimiento: ese que reemplaza la percepción en la naturaleza de la
realidad, o percepción directa; desvía
la atención de sus limitaciones.
‘Trascendiendo’ el Pensamiento
El maestro vedantino
Sankaracharya enseñó que ‘el Karma nunca es la causa de la emancipación’.
Ninguna acción puede producir la emancipación o liberación. Ninguna acción
puede no condicionar la mente. ‘Las acciones’, dijo, ‘son para la purificación
del corazón, no para la consecución de la naturaleza real. La naturaleza puede
alcanzarse por el correcto discernimiento, pero no por una cantidad de Karma’.
Esto parece ser contradictorio ¿No es el correcto discernimiento una acción? Si
el corazón es purificado por viveka,
el discernimiento entre lo Real y lo irreal, lo permanente y lo transitorio, lo
condicionado y lo incondicionado, lo parcial y lo total, ¿cuál es el
significado último y cual no lo es: entonces por qué decir que este no produce la Liberación ? Quizás esto
es porque la clase de vigilancia,
atención y conocimiento implicado en la práctica de viveka no es una acción en
el sentido normal de la palabra. No es algo que hacemos, sino una simple acción
de observación, de ver puro. Si hay volición en ella, un deseo, entonces esto
nuevamente se vuelve un proceso material, una acción complicada basada en el
deseo y cargado de consecuencias: y
ninguna de tales acciones, ni el karma, pueden conducir a la liberación.
Sankaracharya parece estar implicando que
viveka no es el resultado de la volición: no podemos tratar de estar
alertas, no podemos tratar rediscernir entre lo Real y lo irreal. En lugar de
esto, lo que parece suceder es que cuando llegamos a estar conscientes de la
irrealidad, o fragmentación, o estado incompleto como tal, entonces surge un
natural escepticismo o duda no verbal. Esto deja espacio para que entre lo
Real.
Cuando pensamos en la
transformación, estamos listos para pensar en términos de algo llegando a ser
algo que no lo s: o al menos tendemos a pensar en términos de llegar a ser.
Quizás pensamos en términos de llegar a ser lo que verdaderamente somos. Pero
sugeriría que transformación y Sabiduría son asuntos del Ser, no del llegar a
ser. Hay una tremenda comodidad y esperanza en llegar a ser: pero también
contiene un elemento de evitación. Sankaracharya y J. Krishnamurti parecen
concordar que en el campo espiritual no hay camino o sendero desde A a B. Sin
embargo, esta no es la condición sin esperanzas que podría primero parecer ser.
Aunque no podemos llegar a ser algo que no somos, podemos llegar a ser
conscientes de lo que somos justo ahora, y esta conciencia es transformativa.
Desgraciadamente, no toma mucho tiempo para la mente traducir esta enseñanza en
una serie de mantras: ‘Soy codicioso’, ‘soy flojo’,’soy interesado en mi
mismo’, ‘soy inconsciente’, etc. Nuevamente, estos pensamientos no son la
observación de lo que es. Lo que necesitamos investigar y observar es lo que efectivamente está allí, presente
dentro de nosotros. Solamente entonces podemos liberarnos del contenido de la
consciencia, que contiene no solamente una gran cantidad de placer, sino
también todo inimaginable sufrimiento.
C.W Leadbeater y Annie Besant
enseñaron a una generación de Teósofos y otros, que los pensamientos son cosas.
Es interesante, por lo tanto, que un número de Teósofos que no tienen problema
con la afirmación de Leadbeater,
retírate del yo – la misma afirmación hecha por J. Krishnamurti y David Bohm
que el pensamiento es un proceso material.. Algunos de nosotros preferimos la
versión endulzada: pero el significado y el desafío es el mismo.
Nuestros pensamientos pueden
hacer mucho. Establecen quienes somos por la producción de ciertas tendencias,
y causan ciertas vibraciones dentro y a nuestro alrededor. El pensamiento es
altamente creativo en una cierta forma acumulativa, lineal. Pero el pensamiento
no puede crear algo nuevo. El pensamiento puede crear rosas negras en lugar de
rojas, el pensamiento puede crear ratas con oídos humanos, el pensamiento puede
mezclar los colores de la paleta en infinitas o al menos, innumerables formas:
pero ¿podría el pensamiento haber creado el mismo color? ¿Podría el pensamiento
haber creado lo que es ser un color? El pensamiento puede solamente trabajar
con lo que está allí. Solamente Dios, o la Verdad , o el Infinito, pueden causar que algo
sea.
Debido a declaraciones tales
como ‘ningún karma conducirá a la emancipación’, y la afirmación de Ramana que
el Yo está siempre Realizado, algunos modernos pseudo-gurús han hecho
posible abusar de la idea que no se
requiere ningún esfuerzo en el sendero. Algunas veces Ramana Maharshi exige
linaje, o se sostiene que Krishnaji enseñó un enfoque ‘sin esfuerzo’. Pero
ambos, Ramana y Krishnaji señalaron en cientos de ocasiones que la vida de Auto-indagación es completamente exigente.
Una vez un visitante preguntó a Ramana acerca de lo que el inquiridor llamó ‘el
método de Krishnamurti de conocimiento sin esfuerzo ni opción’. Como lo
entiendo, Krishnaji nunca trató el conocimiento sin opción como un método, para
él era un hecho: pero el asunto evocó una respuesta interesante no obstante. La
respuesta de Ramana fue esta:
‘El conocimiento sin esfuerzo ni
opción es nuestra naturaleza real. Si podemos alcanzarla o estar en este
estado, está bien. Pero uno no puede alcanzarla sin esfuerzo, el esfuerzo de la
meditación deliberada. Todas las vasanas de siempre llevan la mente hacia fuera
y la vuelven hacia los objetos externos. Todos estos pensamientos tienen que
abandonarse y la mente volverse hacia adentro. Para esto, es necesario el
esfuerzo para la mayoría de las personas’.
Observemos que Ramana dice que
todos los pensamientos que llevan a la mente hacia fuera deberían abandonarse:
no que todos estos pensamientos deberían no existir. Esto es lo que es la
verdadera renunciación: o en el idioma de Krishnaji, morir a lo conocido. No
significa que lo conocido cesa de existir. Lo conocido siempre existirá. Los
pensamientos siempre existirán, pero nuestro apego a ellos debe terminar si
vamos a llegar a ser verdaderamente concientes.
Aunque hay mucho que se
dice en las tradiciones espirituales de
aquietar o silenciar la mente, el camino de la contemplación no es pasivo. Como
el dotado metafísico Ananda Coomaraswamy
dijo una vez: ‘la práctica contemplativa incluye una actividad que es
comúnmente comparada con las llamas de un fuego a una temperatura tan elevada
que no muestran ni oscilaciones ni
humo’. Claramente, entonces está incluido el Recto Esfuerzo, tanto para la
purificación del corazón como para la práctica de la Auto-indagación .
Una vez que surge el deseo el deseo dela liberación, todo lo
que no esel Yo, esto no es Liberación, es desechado sin esfuerzo como
innecesario e inútil. Para esta clase de investigación, el análisis no es
necesario. En su pequeño pero poderoso libro ¿Quién soy yo?, Ramana señaló que alguien que desea sacar la basura
no necesita analizarla y ver lo que es: la basura simplemente necesita
desecharse. Similarmente, quien quiere conocer el Yo necesita solamente descartar todo lo que oculta el Yo. Viveka o
vigilancia entonces llega naturalmente.
The
Theosophist, Julio de 2004
Tradujo: Perla R.
miércoles, 1 de mayo de 2013
LA LUZ DE BUDDHI (Intuición)
I.K. Taimni
La mayoría de nosotros
nos olvidamos completamente del hecho que estamos aquí por un breve periodo, y
que somos una parte insignificante de un universo vasto y aparentemente
ilimitado. Un insecto rastrero en los Himalayas tiene comparativamente una
mayor significancia desde el punto de vista puramente físico. Entramos a esta
vida por la puerta del nacimiento y después pasamos unos setenta años sobre
este planeta bajo toda clase de circunstancias y desaparecemos por la puerta de
la muerte. Esta procesión de seres vivos ha estado sucediendo por miles de años
y todavía no ocurre que muchas personas hagan preguntas pertinentes en cuanto a
de dónde venimos, hacia donde vamos y por qué estamos aquí. Nuestro gusto por
la vida, sea placentero o desagradable, nuestra
absorción en el interés que hemos desarrollado, es tan completa que no
nos damos cuenta del gran problema de la
vida que enfrentamos todo el tiempo, que
un abrumador misterio nos rodea.
No solamente estamos persiguiendo nuestras pequeñas
aspiraciones personales en un mundo aparentemente sin sentido ,de una manera
casual, sino que mostramos la misma falta de inteligencia al tratar con el
problema mayor de la humanidad. Hay una completa falta de principios o ideas
guiadoras indicando la dirección en la cual tenemos que ir. Hay una vaga idea
de que tenemos que promover el bienestar de la humanidad, pero lo que significa
un real bienestar y cómo va a obtenerse, son preguntas acerca de las cuáles,
hay una amarga controversia y un conflicto mortal. Tanto es así, que estamos
tranquilamente dispuestos a destruir en una guerra atómica a la mayor parte de
esta precisa humanidad por cuyo
mejoramiento se supone que estamos trabajando y luchando! ¿Podría haber
una ilustración más adecuada de esta
prevaleciente falta de inteligencia, a pesar de los extraordinarios
logros intelectuales de la ciencia y de la indudablemente elevada capacidad
mental, de aquellos que guían los destinos de las naciones?
Muchos de nosotros ,que
estamos persiguiendo sinceramente estas
metas temporales en búsqueda de la felicidad, sabemos teóricamente que esta
búsqueda es inútil y que la real felicidad puede encontrarse solamente dentro
de uno mismo, elevando la conciencia a niveles superiores y trascendiendo
gradualmente, las ilusiones y limitaciones de la vida inferior. Pero todavía no
hacemos nada para producir los cambios necesarios en nuestra vida. La razón
para estas conductas anómalas, de acuerdo a nuestros sabios, se halla en el
hecho de que la percepción de las verdades más profundas de la vida y el
significado interno, aún de los sucesos comunes que entran en contacto cada
día, depende, no de la razón o del ejercicio de la mente inferior, sino de la
facultad espiritual superior que se llama buddhi y es vagamente referida
como intuición en la Psicología occidental. El intelecto puede conocer todos
los hechos, pero a menos y hasta que sea iluminada por la luz de buddhi fracasará
en ver su significancia más profunda. A esto se debe que la actitud de los
filósofos que hablan cada día de los problemas más profundos de la vida , no
difiera apreciablemente de la actitud del hombre de la calle. A esto se debe,
por qué los científicos, que diariamente
examinan los cielos y miran las profundidades más lejanas de este vasto
universo, no puedan ver la insignificancia de nuestra vida humana ,desde el
punto de vista puramente físico. A esto se debe ,por qué encontramos a tantos
instructores religiosos predicando la Vedanta a sus seguidores y viviendo sus
vidas, como si esta filosofía fuera un asunto de puro interés académico. Esta gente parece saber todas las cosas y
aún realmente no saber nada. Su conocimiento
está solo en el plano del intelecto. La facultad de buddhi no se ha
desarrollado o permitido que funcione en un grado adecuado. Su conocimiento aún
no se ha convertido en realización, por medio de la iluminación de buddhi.
Esta falta de
percepción interna ,no es el único resultado de la obscuración de la facultad
buddhica.. Cuando se le ha permitido a esta facultad dormirse hasta un grado
extraordinario, por las malas tendencias y acciones, puede resultar en un
fenómeno que parece verdaderamente asombroso, desde el punto de vista
psicológico. De otro modo encontramos que las personas normales y sensibles se
comportan como lunáticas en ciertos asuntos. Encontramos una notable
comprensión intelectual de las verdades espirituales, existiendo lado a lado con
depravaciones morales de la peor especie. Es difícil comprender tales anomalías
a menos que reconozcamos este diferencia entre el intelecto y buddhi. Tales
casos se deben a anormalidades en el
funcionamiento de buddhi ,producido ya sea por un desarrollo desequilibrado del intelecto, o por permitir
desviarse lentamente por malos caminos
La iluminación
buddhica no se necesita solamente para guardarnos de errar el camino o caer
en malos pasos, sino también en el campo de sadhana o práctica espiritual
,cuando nos embarcamos con recta seriedad en la aventura divina de la
auto-realización. Muchas personas creen honestamente, que todo lo que tienen
que hacer para asegurar su progreso
espiritual, es encontrar un maestro espiritual
o Guru adecuado, quien los guíe en todas las cosas y se haga responsable
por su bienestar espiritual.
Sin embargo, el
hecho es que ningún hollar real del
sendero espiritual es posible ,hasta que el aspirante haya desenvuelto su buddhi suficientemente, para
encontrar dentro de si mismo toda la guía que necesita para su progreso
espiritual. El maestro puede ayudarlo en asuntos cruciales, o en ocasiones
especiales ,pero no puede estar muy cerca del discípulo para ayudarlo en cada
dificultad o prueba severa. De hecho,
mientras más avanza el discípulo en el Sendero, más tiene que aprender a ser
independiente de su maestro. La luz del
Sendero debe provenir desde adentro. Una luz así, la cual es el resultado de un
sano funcionamiento de la facultad buddhica, puede provenir desde adentro
,solamente cuando la mente está suficientemente purificada por la correcta
vida y la auto-disciplina yógica, como
señalada en los Yoga-sutras (II,28).
‘De la práctica de los
ejercicios constituyentes del yoga, sobre la destrucción de las impurezas,
surge la iluminación espiritual que se desarrolla en la percepción de la
Realidad’
Esta luz, la cual es
esencialmente de la naturaleza de la percepción espiritual, permite al
aspirante entrar en el Sendero de
Santidad. Lo guía a través de las diferentes etapas de la larga y difícil
jornada ,y lo guarda en contra de peligros y tentaciones de todas clases, y es
esta luz nuevamente, la que le permite desgarrar el último velo que oculta el
rostro del Amado. Así, necesita la iluminación buddhica desde el momento en que
entra al sendero, hasta que cruza el umbral del nirvana.
La verdad es
esencialmente simple y para comprenderla
no requerimos explicaciones engorrosas formuladas en lenguaje abstruso,
sino de un intelecto agudo, ansioso y purificado, el cual, con la luz de
buddhi, pueda reflejar la Verdad dentro de si.
Cualquiera que mire a
través de la vasta literatura de la religión y filosofía Hindú, puede ver a la
vez que una considerable parte es meramente una multitud de acrecencias que han
crecido alrededor del núcleo de las verdades esenciales y vitales ,durante el
curso de miles de años. Al inicio de cualquier movimiento espiritual, aquellos
que le dieron el impulso inicial, tienen al menos un conocimiento directo
de las verdades, y tratan de
incorporarlas en lenguaje condensado, simple y prolifico. Esta literatura es
meramente el vehículo de las verdades reales que han experimentado, y refleja esas verdades tanto como puede
hacerse a través del tosco e imperfecto
medio de cualquier lenguaje.
Con el paso del
tiempo las cosas cambian. Los conocedores directos son reemplazados por
conocedores de segunda mano y meros eruditos, para quienes la verdad se
convierte en solo un asunto de conocimiento y discusión intelectual. Habiendo
perdido el contacto directo con las realidades de las verdades que ellos
estudian y exponen, se llegan a interesar más y más ,y a involucrarse en
asuntos de expresión e interpretación. Así, crece un montón de literatura
artificialmente creada, por consideración de satisfacer el intelecto. Algo de
esta literatura tiene todavía algún valor, porque se elabora y sirve para
explicar en alguna medida, las verdades primordiales. Pero mucha de ella no
tiene valor alguno, no teniendo relación con los hechos involucrados. El
buscador que discierne puede intuitivamente
clasificar las diferentes clases de producciones y separar lo vital de
lo adulterado.
Al estudiar un tema de
profunda significancia tenemos que considerar sus variados aspectos desde
puntos de vista diferentes ,para obtener una adecuada comprensión del tema,
como un todo. Esto no es fácil porque mientras más profundo entre una persona
en los problemas de la vida, mayor será el número de puntos en los que toca
a la vida y sus manifestaciones y más
difícil se vuelve estudiarlos por completo. En realidad, la vida es una en
esencia, y por lo tanto, comprender un aspecto de ella debidamente, requiere el estudio de todos los
otros aspectos. Es verdad que para conocer el total, debemos conocer todas las
partes constituyentes, pero es también verdad que para conocer una parte
perfectamente, debemos conocer el total.
Todas las cosas están conectadas con otras, aunque pueda que no seamos
capaces de ver esta conexión. A esto se debe
por qué los sabios Hindúes no se preocupan de estudiar con gran detalle
los fenómenos de la naturaleza, como lo hace la ciencia moderna. Ellos saben,
que aún cuando cuidadoso nuestro estudio de cualquier parte del universo
manifestado, no podremos nunca conocerlo completa y verdaderamente. Ellos se
volvieron al Total, a la Realidad
fundamental, sabiendo que todas las cosas podían conocerse en esencia y
realidad y en la correcta perspectiva. Porque todo quien conoce la Totalidad,
conoce esencialmente todas las partes innumerables que la constituyen, y si
para algún propósito se hace necesario conocer los detalles superficiales de un
aspecto particular de la vida, esto puede hacerse muy fácil y efectivamente.
La totalidad del
universo cognoscible es la expresión
externa de una Realidad trascendente que está más allá de los sentidos y más allá
del campo del intelecto. Esta Realidad,
la que en lenguaje común, es referida como a Dios, se manifiesta por un
lado como el universo inanimado, el cual vemos que se extiende a nuestro
alrededor por todos lados y en diferentes planos, y por el otro, en la forma de
innumerables mónadas individuales (jivatma-s) que son esencialmente de la
naturaleza de la conciencia, y que pueden considerarse como centros activos en
esta Realidad trascendente.
Estos centros eternos
de la conciencia dividida se encuentran
incluidos en el universo manifestado y luchando por comprender su
verdadera naturaleza ,a través de un largo curso de evolución que se extiende a
lo largo de una serie de vidas. Cuando esta evolución alcanza su consumación, cada mónada individual comprende
que es divina, eterna, auto-suficiente y una en esencia con la Realidad
fundamental del universo, y que las tribulaciones, pesares y dolores que ha sufrido, eran parte de una
gran ilusión, que es una parte necesaria del proceso evolucionario.
No es necesario
entrar aquí en cuestiones metafísicas. ¿Cuál es la naturaleza del universo y
las mónadas? ¿Por qué se incluyeron estas mónadas inicialmente en este proceso
global? Estas son preguntas interesantes ,pero están realmente más allá del
campo del intelecto y, por lo tanto, nunca pueden contestarse
satisfactoriamente en términos del intelecto. Son preguntas fundamentales (atiprasna) que pueden
aclararse – o más bien resolverse – solamente por medio del Conocimiento de si mismo ,dentro
del silencio y la profundidad de nuestra propia conciencia. De cualquier modo,
no estamos interesados con estas preguntas ahora. Estamos interesados solamente
con el asunto básico y práctico, en cuanto a cómo estas mónadas o centros
de conciencia divina, que se
encuentran comprometidos con el
sufrimiento e ilusión, pueden
desenredarse de estas limitaciones y condiciones dolorosas ,por medio de
un proceso progresivo de Auto-realización.
Un estudio objetivo
y científico de la constitución total de estas mónadas, y el lado oculto del
universo manifestado por los métodos del yoga, han mostrado a estos sabios,
muchos de quienes eran hombres perfectos, (siddha-purusha-s) que aunque cada
mónada en su naturaleza esencial y más íntima ,no es sino un centro en la
conciencia divina universal, está asociada con la materia de los diferentes
planos que constituyen sus cuerpos o kosa-s. A
través de estos cuerpos, la conciencia de la
mónada o jivatma, funciona en los planos respectivos del universo manifestado,
físico y superfísico.
Aunque en los planos
espirituales superiores, la mónada percibe su verdadera naturaleza, la cual es
indicada por la frase sat-chit-ananda (Ser-Conciencia-Felicidad) cada descenso
en los planos inferiores limita y oscurece en un mayor grado su conciencia, de
modo que en el plano físico, el cual es el inferior, sus limitaciones son lo
más grande posible, y está ausente. la percepción de su naturaleza divina . La
totalidad del ser humano puede, por lo tanto,
considerarse mejor ,como una manifestación centralizada de la Realidad,
a través de un conjunto de vehículos de creciente intensidad, los que
progresivamente oscurecen su conciencia y limitan sus poderes. Cómo esta
oscuración progresiva de conciencia tiene lugar pasando a través de diferentes
medios n puede comprenderse por medio del siguiente experimento basado en el
fenómeno de la luz.
Si un rayo de luz se
hace pasar a través de diferentes clases de medios exitosamente, cada medio
disminuirá la intensidad y alterará la composición de la luz, y la luz que
sale finalmente será afectada por la absorción y deformación de todos
los medios que intervienen como lo que se muestra en el siguiente diagrama:
Vidrio
Deformaciones
|
alcohol
Tintes
Coloreados
|
agua
Sedimento
|
Aire
Polvo y
Humo
|
¿Cómo podemos minimizar
las modificaciones producidas por el medio? Simplemente removiendo las impurezas y deformaciones que
existen dentro de él. Saquemos el humo
del aire por absorción, saquemos el color del alcohol por medios químicos,
quitemos el sedimento del agua por centrifugación, y quitemos las deformaciones del vidrio por el
temple, y la luz que saldrá, prácticamente será tan brillante y pura como lo es
originalmente.
Podemos imaginar la
conciencia superior de la mónada afectada en una forma análoga al pasar a
través del medio de diferentes vehículos, de modo que cuando emerge finalmente
dentro del cerebro humano, ha sido enormemente modificada y oscurecida por
todos los vehículos que intervienen. Algunas de estas modificaciones y
limitaciones son inherentes al funcionamiento de la conciencia a través de los
respectivos vehículos ,mientras otras se deben a las imperfecciones de los
vehículos o impurezas o deformaciones producidas durante el curso de la
evolución. Las anteriores permanecen mientras la conciencia permanece
encarnada; las últimas pueden quitarse
por medio de las prácticas espirituales y la
auto-disciplina yógica.
Cuando el proceso de la
perfección y purificación se ha completado, la conciencia puede funcionar a
través de los vehículos sin oscuración ni limitaciones; en tanto esto es
posible dentro de las limitaciones referidas arriba. Esto es liberación en
tanto en el cuerpo (jivanmukti). Cuando los vehículos inferiores se dejan, aún las últimas clases de
limitaciones desaparecen y se alcanza la
liberación fuera del cuerpo (videhamukti).
Ya que la liberación o
iluminación puede considerarse como una expresión de la conciencia sin ser
indebidamente estorbada ni oscurecida
por sus vehículos, las prácticas para alcanzar el estado de iluminación deben
estar fundamentalmente interesadas en la reorganización y purificación de los
vehículos. Básicamente, aún la conciencia común que encuentra expresión a
través del cerebro físico, deriva de la conciencia pura y perfecta de Brahman,
y por lo tanto, todas las expresiones de la conciencia, son expresiones de la
Conciencia Divina. Pero las limitaciones impuestas en esta conciencia por los
vehículos inferiores son de tal drástica naturaleza ,que difícilmente hay algo
en común entre las expresiones de los planos inferiores y superiores.
La primera tarea
del aspirante (sadhaka) es por lo tanto, no tratar de alcanzar la iluminación
sino quitar las pesadas oscuraciones impuestas por los vehículos inferiores ,de
modo que pueda trabajar a la luz que llega a través de los vehículos más
sutiles en los planos espirituales. Es esta luz, que es la luz de buddhi. Por un largo tiempo,
el aspirante tiene que trabajar a la luz de esta conciencia espiritual, y es
solamente cuando el proceso de purificación y perfección se ha completado, que
está en una posición de traspasar los velos más sutiles y alcanzar la
iluminación.
También sigue de
lo que se ha dicho arriba, que la liberación del jivatma o mónada, debe ser un
proceso gradual y progresivo y no es necesario para el aspirante esperar los
resultados hasta que se alcance la última etapa . De hecho, tan pronto como
comienza el proceso de purificación y armonización, comienza a aparecer un cambio en la conciencia, aunque
puede que este no se manifieste en la forma que él espere o desee. Por ejemplo,
muchos aspirantes al comienzo de su práctica de cualquier tipo, esperan ver
visiones y cosas de esta clase. Pero generalmente, no sucede nada de este tipo.
Todo lo que el aspirante probablemente va a experimentar ,es un espacio interno
y fuerza y capacidad para ver los problemas de la vida y sus ilusiones, sus
debilidades y tonterías, más claramente. Algunas veces cuando hay una gran
cantidad de impurezas ocultas dentro de los vehículos inferiores, las correspondientes debilidades pueden ser arrastradas a la superficie y el aspirante
puede en efecto, sentir un aumento
transitorio de desorden y deterioración moral. Pero si toma estas cosas como un
asunto de dirección y presiona hacia su
meta con determinación e inteligencia, estas nubes están destinadas a
dispersarse gradualmente y permitir que atraviese más luz.
The
Theosophist, Febrero de 2004.
Tradujo:
Perla
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