domingo, 26 de mayo de 2013

ARTE, KANDINSKY y AUTO-TRANSFORMACION

Kandinsky

      WASSILY KANDINSKY, uno de los grandes artistas del siglo XX es considerado el padre del arte moderno abstracto.  Algunos críticos de arte piensan que debido a que el arte abstracto no muestra objetos físicos, no es representativo, es decir, no muestra nada, sino que se refiere solo a técnicas de líneas, color y forma.  Pero esto no es lo que Kandisky pensaba.  El sostenía que el arte abstracto representa el lado interno de la realidad mas bien que la forma externa; lo esóterico más que lo exóterico.  Y también sostenía que debido a que el arte abstrtacto se refiere al lado interno, puede ser un medio de auto-transformación.  En virtud de su enfoque del propósito del arte, no sorprende saber que Kandinsky estaba profundamente influenciado por la Teosofía.

Kandinsky escribió un manifiesto sobre el arte abstracto titulado “Uber das Gestige in der Kunst” (Referente a lo Espiritual en el Arte).

En este artículo mostró algo de la influencia que la Teosofía tuvo en él cuando se refiere tanto a la Teosofía como H.P.Blavatsky:

     Madame Blavatsky fué la primer persona, después de haber vivido 

    algunos años en India, que vió una conexión entre estos “salvajes” y 

    nuestra “civilización”.  A partir de ahí surgió un tremendo movimiento

    espiritual que hoy incluye un gran número de personas y que hasta se 

    ha convertido en un cuerpo con forma material, la Sociedad Teosófica..

    Esta sociedad consiste de grupos que buscan acercarse al problema del

    espíritu por la vía del conocimiento interno.  La teoría de la Teosofía

    que sirve de base a este movimiento fué establecida  por  Blavatsky en

    la forma  de un catecismo en el que el discípulo recibe contestaciones

    firmes a sus preguntas desde el punto de vista teosófico. (La Clave de la

    Teosofia), 1889).  Teosofía, de acuerdo a Blavatsky, es sinónimo de

    verdad eterna.

En su manifiesto por el arte abstracto, Kandinsky planteó ciertas ideas sorprendentemente teosóficas de las que aquí mencionamos siete de ellas.

1.- Espíritu o Realidad Interna y Mundos Sutiles

Por la palabra ‘espiritual’ en el título de su libro, Kandinsky significaba ‘consciente, darse cuenta, con propósito, significativo’ en contraste con lo que el llamó ‘la pesadilla del materialismo’ que el asociaba con desesperación ‘falta de propósito y meta’, ateísmo, positivismo en ciencia y materialismo o realismo en  arte.  Para Kandinsky el arte 

naturalista, representativo, muestra solo la superficie de las apariencias de las cosas y por lo tanto pierde el significado interno que el buscaba expresar en sus abstracciones.

Kandinsky también postulaba la existencia de mundos de materia sutil 

en los que los sentimientos y pensamientos tienen forma y existencia como entidades materiales: “el pensamiento…….aunque es un producto del espíritu, puede definirse con la ciencia positiva, como materia, pero de una substancia fina y nó densa, tosca.”

Las pinturas de Kandinsky se dividen en cuatro períodos, en parte reflejando su tipo de significado y correspondiendo a los cuatro planos de la existencia humana reconocidos en Teosofía:

1.- plano físico, pinturas objetivas que son impresionistas o simbólicas 

     (antes de 1910).

2.- plano emocional, pinturas abstractas de dos clases: (a) 

     improvisaciones (‘expresión espontánea inconsciente de carácter

     interno, la naturaleza no material que no contiene objetos 

     reconocibles, sino formas coloreadas que expresan sentimientos)

     y (b) composiciones (‘una expresión de un sentimiento interno

     formado lentamente, probado y sentido repetidamente’ que 

     incluye objetos reconocibles, pero que han sido ‘desmantelados’

     y ‘velados’. (1910)

3.- pinturas mentales y geométricas del período Bauhaus (1920)

4.- pinturas intuicionales, biomórficas (1930 y después)

2.- Significado y Propósito

Todo en el universo tiene significado y propósito y “nunca es literalmente cierto que cualquier forma es insignificante  y “dice nada”.

Cada forma en el mundo dice algo, pero su mensaje, a menudo, no nos llega, y si lo hace, su comprensión queda limitada por nosotros’.

3.- La Vida Interna y la Vida Una

Kandinsky pensaba que todas las cosas, aun la supuestamente material muerta, están vivas y tienen vitalidad.  De ahí que ensalzaba al pintor francés Cezanne por su percepción del lado interno de las cosas: “Cezanne hizo de una taza de té una cosa viviente, o mejor dicho, en una taza de té el descubrió la existencia de algo vivo.  Elevó la vida muerta a tal punto, que la misma dejó de ser inanimada.  Pintó estas cosas al igual que pintaba seres humanos porque estaba dotado con el don de vaticinar, descubrir la vida interna en toda cosa’.

El lector casual podría confundir esas palabras con una metáfora.  Pero Kandinsky les atribuyó la intención de su forma literal.  Cezanne no solo pintó una taza de té con tal habilidad que parecía que estaba viva – esto no es lo que Kandinsky está diciendo; mas bien dice que Cezanne ‘ se dió cuenta de la existencia de algo vivo’.

Cezanne plasmó en la tela algo real –la vida de lo ‘inanimado’ porque ‘estaba dotado con el don de vaticinar, descubrir’.  Tazas de té como todos los objetos, tienen en sí vida.  Solamente el que es capaz de vaticinar, descubrir, el veedor, puede percibirla.  Como lo escribiera Kandinsky en un escrito titulado ‘Sobre la cuestión de la Forma’, “aún la materia muerta es un espíritu viviente”.

4.- Evolución y los Maestros

Kandinsky consideraba la historia como algo cíclico, una sucesión de períodos de cultura, cada uno con su propio y único estilo de arte y sus propias características únicas.  En el curso de la historia cíclica, toda la Natrualeza está evolucionando hacia una mayor consciencia.  Kandinsky dijo que en el proceso de evolución, algunos seres humanos han desarrollado ‘una profunda y poderosa fuerza profética’ y ‘un poder secreto de visión’; esas almas avanzadas señalan el camino a otros.  Kandinsky comparaba a la humanidad con un triángulo cuya  base consiste de la masa de la humanidad.  En el ápice del riángulo están unos pocos seres y finalmente a menudo, uno solo: ‘su vision de regocijo encierra un gran pesar.  Aún aquellos que están más cerca en simpatía, no lo comprenden; con cierto enojo abusan y lo tildan de charlatán o loco’. A pesar del rechazo y del abuso, el maestro en el ápice, por medio de esfuerzo personal, logra inspirar y motivar a aquellos que están más abajo, de forma que eventualmente puedan elevarse hasta su posición.  A su vez ellos inspiran a aquellos que están aún más abajo en el siguiente triángulo de tal manera que eventualmente el triángulo completo se mueve hacia arriba, todo como resultado de la labor de los pocos o del uno, situado arriba, y con vision.

El triángulo de la humanidad segun Kandinsky es tesófico de dos maneras. Primero ve a la humanidad como un conjunto de personas que están en diferentes niveles de progreso, en diferentes peldaños de evolución espiritual; y, segundo, ve cada nivel de la humanidad ayudando y prestando asistencia a aquellos que están menos avanzados, ayudándoles a progresar junto con el individuo de pesares, autosacrificante, el Bodhisattva, en la parte superior quien vive solamente para elevar a la humanidad y conducirla a una mayor espiritualidad, es decir, ayudando a lograr un mayor despertar.

5.- Progresismo

La consecuencia del movimiento ascendente del triángulo y la labor de los Bodhisattva-s en el ápice es el mejoramiento gradual de la condición humana.  Kandinsky citó con aprobación la vision de Blavatsky acerca del futuro de la humanidad,  que aparece en La Clave de la Teosofía :

    El nuevo portador de la antorcha de la verdad encontrará las mentes de

      los hombres preparadas para su mensaje, un idioma a su disposición 

      con el que podrá envolver las nuevas verdades que trae, una organización

      esperando su llegada  que removerá del sendero las dificultades y los 

      obstáculos materiales meramente mecánicos.

Y luego Blavatsky continúa: “La tierra será un cielo en el siglo XXI en comparación con lo que es ahora”, y con estas palabras ella  concluye su libro. (Concerning the Spiritual in Art, 13-14)

Para Kandinsky el mejoramiento del mundo y de la condición humana es el propósito del arte.  El mejoramiento puede darse solamente ensanchando la capacidad de ‘darse cuenta’, de despertar, es decir, un aumento de espiritualidad.  Al igual que Blavatsky, Kandinsky veía tanto la historia universal como humana, como siendo gobernada por un impulso evolutivo que responde a un propósito como también a causas y que todo eso se dirige hacia una meta preconcebida.

6.- La necesidad interna y Svadharma

Kandinsky creía que cada persona tiene un Notwendigkeit – necesidad interna, inevitabilidad, esencialidad, que finalmente determina todas las formas y acciones externas.  Esta necesidad interna o esencialidad es lo que en la tradición Hinduista se refiere como el svadharma de un ser, la naturaleza de su ser o fundamento interno.  En La Doctrina Secreta, Blavatsky habla acerca de esto con las siguientes palabras :

“El Universo opera y es guiado desde adentro hacia afuera.”  En el proceso de evolución nos movemos hacia una meta; pero la meta está fijada desde adentro y expresa nuestra naturaleza más interna. Nos transformamos con la finalidad de convertirnos en lo que realmente somos.

7.- Arte como Yoga

El arte es una forma de Yoga, cuyo propósito es fomentar la evolución:…..nos estamos acercando rápidamente a un período de composición razonado y consciente……Tenemos delante de nosotros una era de creación consciente, y este nuevo espíritu en pintura va de la mano con el pensamiento hacia una época de la grandeza espiritual ’(Motherwell).  

Kandinsky creía que el arte y el pensamiento juntos se van volviendo más despiertos y que servirán para aumentar la capacidad de ‘darse cuenta’, de despertar.  Cuando Kandinsky se refiere a ‘una época de grandeza espiritual’ quiere decir un período de un despertar significativamente aumentado.  Esa época de grandeza espiritual es un momento de expansión de consciencia cuando los humanos irán más allá de la actividad mental corriente hacia la confianza en el tipo de razón y percepción que en Teosofía se asocia con buddhi.  En La Doctrina Secreta, mahabuddhi, (literalmente, ‘la grandeza espiritual’)  es otro nombre de lo que también se llama mahat, o mente divina, que es el equivalente consciente de auto consciencia en los seres humanos (1:334,451-Ed.en ingles).  Kandinsky vaticinó un período en el que  maha-buddhi, la gran iluminación o despertar, sera un estado de consciencia normal y el pensaba que el arte jugaría un papel muy importante ayudando a que esto sucediera: ‘el pintar es un arte y arte no es una producción vaga, transitoria, aislada, sino un poder que debe ser dirigido hacia el mejoramiento y refinamiento del alma humana –para, de hecho, elevar el triángulo espiritual’.


Kandinsly puede ser considerado un artista teosófico desde varios puntos de vista.  El estaba familiarizado con escritos teoóficos, particularmente los de H.P.Blavatsky, Annie Besant y C.W.Leadbeater, cuyo libro Formas de Pensamiento tuvo mucha influencia en sus pinturas (Ringbom).   Como es fácil ver, su trabajo se vió influenciado por modelos teosóficos.  Además su teoría del arte refleja conceptos teosóficos tanto explícita como implícitamente.   Pero Kandinsky fué un artista teosófico especialmente porque su motivación por la práctica de su arte fué mejorar la condición de todos los seres humanos ayudándoles en el proceso de auto-transformación.

      

Referencias

1.- John Algeo, ‘Kandinsky and Theosophy’, en H.P.Blavatsky and The Secret

    Doctrine, ed. Virginia Hanson, 217-35, Theosophical Publishing House,

    Quest Books, Wheaton, Il., 1988                    

2.- Wassily Kandinsky, Concerning the Spiritual in Art, traduc.MTH Sadler, Dover,

      New York, 1977, Reimpresión de la primera traducción inglesa, 1914

3.-  Robert Motherwell, ed., Concerning the spiritual in Art., Wittenborn, Schultz, 

      New York, 1947. Revisión de la primera traducción inglesa con cambios 

      suministrados por Nina Kandinsky.

4.- Sixten Ringbom, ‘Art in “The Epoch of the Great Spiritual”: Occult Elements

     in the Early Theory of Abstract Painting’, Journal of the Warburg and Courtauld 

     Institutes 29 (1966), 386-418.


Este artículo fué escrito por el Dr. John Algeo y publicado en THE THEOSOPHIST,  setiembre 2004.


Tradujo: Dolores, Adyar


domingo, 19 de mayo de 2013

NO HAY OTRO SENDERO POR EL QUE IR.


NO HAY OTRO SENDERO POR EL QUE IR.


NO HAY OTRO SENDERO POR EL QUE IR.

          Mary Anderson

                 Esta bella frase de los Upanishad-s puede al principio sorprendernos ¿.Es un principio fundamentalista, semejante a la declaración de aquellos que toman las palabras de la Biblia literalmente, de que solamente a través de la creencia en Jesús puede uno ‘salvarse’? ¿No es cada uno de nosotros, único? ¿Puede que no escojamos nuestro sendero de acuerdo a nuestro propio temperamento? ¿No se dice a menudo que hay tantos senderos como hay peregrinos? Ambas declaraciones – de que todos tienen su propio sendero y de que hay solamente  un sendero – son verdaderas. Es una de las paradojas de la vida espiritual, un intento de expresar a través de una aparente contradicción, algo que no puede ser declarado en palabras o explicado al intelecto.
                Si hay solamente un sendero, ¿qué es lo que llega a ser libre voluntad? ¿Estamos obligados a seguir un cierto sendero? ¿No tenemos opción en el asunto?. Consideremos primero el asunto dela opción y en qué medida la tenemos.
               ¿Tenemos una opción si  estamos en las garras del apego emocional, deseo o adicción? Entonces probemos con todas nuestras fuerzas de satisfacer nuestros deseos. No tenemos opción. Nuevamente, ¿tienen opción el santo o el sabio, la persona que ha vencido el egoismo? Tal persona ya no está cegada por sus deseos personales, ypor lo tanto, es capaz de ver las cosas como son y juzgarlas de acuerdo a esto. Para quien tenga perfecto discernimiento no hay alternativa, sino hacer lo correcto. El sigue el sendero que es a la vez amor y sabiduría, y por lo tanto, justicia. No hay contradicción  ni opción.
              Por supuesto, la mayoría de nosotros no somos ni esclavos de nuestros deseos ni sabios iluminados. Estamos en alguna parte entre ellos. Somos torturados de aquí para allá por nuestros deseos de comodidad,  agitados o la paz interna por una parte, y por la otra por lo que sentimos que es nuestro deber. O dos deberes pueden parecer estar en conflicto: nuestro deber para la familia y amigos, y nuestro deber con la verdad; el curso de nuestra acción sugerido por nuestra conciencia, y ese sugerido por el sentimiento. Algunas veces este estado asume las proporciones de un dilema y tenemos noches insomnes, sopesando los pros y los contras de las diferentes posibilidades que se abren ante nosotros. A menudo tenemos que escoger, pero esta opción puede ser una tortura, quizás una tortura necesaria, a través de la cual tenemos que  abrir nuestro camino  al discernimiento.
                ¿Y qué hay de la libre voluntad y de la libertad de pensamiento? Excepto cuando estamos en las garras de  nuestra naturaleza de  deseos, cuando somos notablemente parecidos, ¿no seguimos todos nuestro propio único sendero?
               La frase ‘no hay otro sendero por el que ir’ podría tomarse individualmente.. Cada uno tenemos nuestro sendero único que seguir, el cual es nuestro dharma.. Así, para cada uno de nosotros no hay otro sendero sino el propio. De acuerdo a nuestro dharma y temperamento, podemos ser hombreso mujeres de acción, sentimiento o pensamiento.. Así, los senderos que seguimos serían karma-marga (el sendero de la acción), bhakti-marga (el sendero dela devoción), o jñaña-marga (el sendero del estudio, del conocimiento, llevando a la sabiduría). Todos nosotros tenemos un cuerpo físico y actuamos con él, y todos tenemos sentimientos y pensamientos; ellos son parte de nuestra composición.. Asi, no hollamos exclusivamente el sendero de la acción, sentimiento o pensamiento, aunque podemos inclinarnos más a uno que a otro.
                 Cuando uno avanza en uno de estos senderos, manifiesta más y más de los otros senderos, hasta que finalmente  se reúnen, quizás en el Raja Yoga, el Yoga de la Voluntad, porel cual todos los senderos son medios para la misma meta: el fin dela separatividad, el regreso ala Unidad. Así, estos senderos o yogas puede decirse que inicialmente son diferentes pero internamente el mismo. En este sentido, verdaderamente, ‘no hay otro sendero porel que ir’.
                En otro aspecto, podemos decir que no hay otro sendero por el que ir: Las descripciones del sendero de santidad en diferentes religiones tienen características muy fundamentales en común. No podría ser de otro modo, si todas las religiones  surgen de la misma Filosofía Eterna fundamental.
                 Todas las religiones tienen un ideal sea la liberación, Cristo,, el Bodhisattva o Dios, ya sea como un padre personal o como el Absoluto, la Causa Sin Causa, la Raíz de todas las cosas, o la Unidad de todos. Este ideal produce, pasivamente, devoción hacia algo  más grande de lo que somos o podemos concebir, y, activamente, aspiración de acercarnos a este ideal, de ir más allá de lo que podemos sentir, pensar o concebir. En todas las religiones existe la percepción, aunque vaga, de algo más allá que nos atrae hacia delante.
                Si eso que está en el corazón de todas las cosas es la Unidad, entonces al aproximarnos inevitablemente nos acercaremos a todos los otros seres y cosas. Nosotros sentimos más y más parentesco, amor y compasión hacia otros. Tal amor y compasión se enseñan en todas las religiones.
               Acercándonos a otros, nos alejamos de nosotros, nos volvemos menos egoístas y más desinteresados. Alejándonos del yo espontánea y naturalmente –‘olvidarse del yo por amor al hombre’ – conduce a la pureza , porque  lo que nos  mancha es el egoismo. Tal pureza es la esencia de la ética,, la que también se acentúa en todas las religiones. La ética es eminentemente práctica, teniendo que ver con la forma en que vivimos, y sobre de lo que tanto depende. Citando a Aldous Huxley (La Filosofía Perenne,p.2):
               ‘...la naturaleza de (la) Realidad Una es tal que no puede ser directa e inmediatamente  aprehendida excepto por aquellos que han escogido cumplir ciertas condiciones, volviéndose afectuosos, puros de corazón, y pobres de espíritu’.
                El agrega: ‘¿Por qué esto debería ser así?. No sabemos’. Pero podemos aventurarnos  a adivinar. Si nuestros corazones están llenos de pensamientos del yo, del cual podemos aún no estar conscientes, no hay lugar en ellos para ninguna otra cosa.
                Si no observamos ciertos principios éticos, no estamos siguiendo el sendero espiritual, porque los principios éticos tienen su base en el inegoísmo. Huxley cita a William Law (Id.,p.279):
                ¿Sabe usted de dónde es que han aparecido tantos falsos espíritus en el mundo, quienes se  engañan a si mismos y otros con falso fuego y falsa luz, tendiendo a exigir información, iluminación y aperturas a la Vida divina, particularmente para maravillarse bajo el extraordinario llamado de Dios?’ Es esto: se han vuelto hacia Dios sin apartarse de ellos mismos; sería vivir en Dios antes de morir a su propia naturaleza...’
                 Quien se aproxima a la Unidad, apartándose del yo, se acerca no solamente a todos los otros seres, sino también a las cosas tal como son. Ver las cosas como son  es Sabiduría. El yo, con sus ideas preconcebidas, ya no obstaculizan la visión clara.
                  Un maestro Zen  sirvió una taza de té a su supuesto  discípulo. Continuó vertiendo el té en la taza mucho tiempo después que se había desbordado. Así ilustró la inutilidad de tratar de instruir a quien no es capaz de recibir esta instrucción por que no hay espacio en él para ella. Uno que está lleno de pensamientos del yo y deseos egoístas no puede escuchar, déjenlo aprender solo
                   Para resumir, la aspiración y la devoción a lo sagrado, amor y compasión por todos los seres, el altruismo, una vida ética pura y sabiduría: Estas características son comunes al sendero espiritual como retratadas en todas las religiones en su forma más pura. Si uno va a llevar una vida verdaderamente religiosa, verdaderamente ‘no hay otro sendero por el que ir’.

                Como declaré antes, la ética es eminentemente práctica y tiene que ver con nuestra vida diaria. Nuestra vida diaria es lo que está más cerca de nosotros, y podemos comenzar el peregrinaje espiritual solo desde donde estamos. ‘No hay otro sendero por el que ir’. Un Inglés preguntó a un  Irlandés el camino a Cork y recibió la respuesta: ‘Si fuera usted, no comenzaría desde aquí’. Y por supuesto el Inglés no podía hacer otra cosa que comenzar desde donde estaba! No podemos! Pero primero debemos saber donde estamos, es decir, conocernos, como somos en nuestra naturaleza externa; en otras palabras, conocer nuestras imperfecciones.
               ¿Por qué tantas instrucciones espirituales son formuladas negativamente, no? Quizás porque, diciéndonos lo que no hacer, nos haría conscientes que lo que estamos haciendo, pensando o sintiendo no es lo que debería ser si deseamos hollar el sendero espiritual!
                 En una definición de las enseñanzas Budistas  se nos dice primero: ‘Cesa de hacer el mal’,y solamente entonces ‘Aprende a hacer el bien, limpia tu propio corazón; esta es la enseñanza de los Buddhas’.
                 Ejemplos de nos son los Mandamientos en la Biblia (Exodo,20, 12-17):
                 ‘No mates.
                  No cometas adulterio.
                  No robes.
                  No digas mentiras  en perjuicio de tu prójimo...
                  No codicies la casa de tu prójimo...etc.’
                  Los cinco yamas, la primera rama de las ocho del Raja Yoga, las auto-restricciones o votos de abstención, son extrañamente similares a los mandamientos bíblicos:
                 ‘abstente de matar/dañar (ahimsa)
                   abstente de la falsedad  (satya)
                   abstente de robar          (asteya)
                   abstente de la incotinencia sexual  (brahmacharya)
                   abstente de la posesividad, de la adquisición (aparigraha)
                   Estas normas de conducta  puede que no parezcan muy ambiciosas. ¿Quién entre nosotros tiene el hábito de matar, mentir, robar, etc.? Pero tienen implicaciones más profundas y más amplias. Ahimsa, abstenerse de matar o dañar, implica que voluntariamente no infligimos daño , sufrimiento o dolor a cualquier criatura viva por medio de la palabra, pensamiento o acción. Satya, o verdad meramente no significa no mentir, sino también no decir ‘pequeñas mentiras’ –dar una falsa impresión, mentir en pensamiento o mentirnos a nosotros mismos, practicando el auto-engaño. Asteya es abstenerse no solamente de robar, sino también de codiciar lo que no es nuestro o de tomar sin dar algo a cambio – aún si es ‘solamente’ gratitud. Brahmacharya es evitar la incontinencia sexual no solamente en la acción sino también en el pensamiento (Mateo, 5:28).
                    ‘...pero yo les digo que cualquiera que mira con deseo a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón’.
                    Una historia Budista Zen relata cómo dos monjes, en su peregrinaje , llegaron al banco de un río. Una joven les imploró que la ayudaran a cruzar el agua. El monje de más edad la cruzó en sus brazos. El monje más joven estaba escandalizado y no habló por algún tiempo. Entonces, al final acusó a su compañero: ‘No puedo comprender como usted, un monje, pudo tocar a una mujer!’ El más viejo respondió: ‘Yo la bajé en el banco del río. Tú aún la estás cargando!’
                  Aparigraha puede extenderse a significar no simplemente a codiciar lo que no es nuestro, sino a desear algo para nosotros exclusivamente.
                 El Diagrama de Meditación de H.P.Blavatsky también contiene nos en la forma de lo que llama ‘Carencias’. Somos constantemente instruídos de rehusarnos a pensar en la realidad de:
                ‘Separaciones y Encuentros, Asociaciones con Lugares, Tiempos y Formas. (Así deberíamos evitar el apego a las cosas transitorias).
                 La diferencia: Amigo y Enemigo (Este es el rechazo del apego a nuestra concepción temporal de los demás).
                 Posesiones
                 Personalidad
                 Sensación’.
                 Así nos hacemos conscientes y nos separamos del apego a las cosas transitorias.
                 Los yamas – los noes- son morales y prohibitivos; ellos forman la base ética del yoga o de la vida espiritual. Los niyamas u observancias nos dicen qué hacer positivamente. Indican la disciplina que adoptar en la organización de la vida de uno. Los noes  limpian el lugar de la construcción, demuelen la vieja y ruinosa casa y cavan los cimientos del nuevo edificio; los niyamas o los que hacer, nos dan el anteproyecto para el nuevo edificio que erigir. Consisten de:
                 Pureza                   (Sauca)
                 Contentamiento    (samtosha)
                 Austeridad            (tapas)
                 Estudio de si mismo (svadhyaya)
                 Sumisión a Dios   (Isvara-pranidhana)
                 Estas observancias tienen que practicarse no por el bien de uno, sino por el bien delos demás. No deberían forzarse, sino ser la segunda naturaleza. Así, la pureza no es una actitud de ‘más santo que tú’ sino una necesidad interna.
                    El Ser interno espuro, pero su expresión a través de los vehículos externos es débil. Son los vehículos los impuros. Podemos  empezar a purificarlos – el cuerpo físico, las emociones, los pensamientos – eliminando los elementos más groseros y reemplazándolos por materia más refinada. Este trabajo sobre los vehículos puede ser necesario para permitir  que la vida moradora se manifieste. Sin embargo, es solamente cuando se manifiesta así que se produce  la verdadera pureza – desde adentro. La pureza entra en existencia cuando hay inegoismo y siempre un espontáneo y gozoso auto-sacrificio.
                  El reemplazo de la materia más grosera en todos los vehículos  sucede a través de tapas , asociado con la austeridad física (tal como la habilidad de ayunar), en la que, sin embargo, los sentimientos y pensamientos no pueden sino también incluirse. Aquí la voluntad trabaja completamente hasta el plano físico. Podemos asociar tapas sobre todo con el  Raja Yoga pero también con el Karma Yoga.
                 Isvara-pranidhana o devoción es el gran limpiador de las emociones, junto con ser una poderosa ayuda para la concentración y la unidireccionalidad. Su vehículo son las emociones, en cuanto a que llegan a ser un verdadero reflejo de buddhi como Amor.
                 Svadhyaya es el conocimiento más profundo, el conocimiento de nuestra propia verdadera naturaleza. Su vehículo es la mente, kama-manas, dejándose llevar más y más hacia  buddhi-manas, la mente pura, el vehículo de la Sabiduría.
                  Podemos intentar practicar el contentamiento, pero es más bien un  producto secundario de nuestros esfuerzos en el sendero, un termómetro de nuestro progreso, aunque no debemos confundirlo con la indiferencia.
                 Para resumir y al mismo tiempo buscar las implicaciones más amplias de la frase, ‘No hay otro sendero por el que ir’: Finalmente, el único sendero que seguir es el sendero que conduce desde lo externo a lo interno, en otras palabras, desde la personalidad a la Mónada, del materialismo a la espiritualidad, de la distracción a la unidireccionalidad, del egoismo al desinterés, del pequeño ‘yo’ al Uno.
                  Esto se aplica a nosotros mismos individualmente y a la evolución de la humanidad, de la cual somos una parte inseparable. Podemos aplicarlo a la evolución del cosmos entero. Ahora que hemos – no hace mucho, en una escala cósmica – pasado el nivel más bajo, el punto de retorno entre la involución y la evolución, entre el hundimiento más y más en el materialismo y el ascenso de nuevo una vez más  a la espiritualidad, ‘no hay otro sendero por el que ir’ para nuestro mundo entero., y el sistema al que pertenece. Estamos en el sendero hacia arriba, camino a casa.
                       Este sistema contiene innumerables ‘círculos dentro de círculos’. Algunos de nosotros estamos, en  algunos particulares,, en el ‘arco descendente’, cuando sentimos codicia, odio y también temor. Pero la tendencia  íntima de nuestra naturaleza es superar esos obstáculos.
                       El camino es largo, pero el final es seguro. Y esta es una forma de aumentar la alegría, cuando desechamos  las cadenas del materialismo y del egoísmo y abordamos la libertad del Espíritu. ‘No hay otro sendero por el que ir’, y más tarde o temprano debemos seguir este camino, no porque estemos obligados a hacerlo así, sino porque hacerlo así es nuestra naturaleza, si vamos a ‘llegar a ser lo que somos’.


                                             The Theosophist, Noviembre de 2001
                                              Tradujo: Perla
                 

domingo, 12 de mayo de 2013

ENTRANDO AL JARDÍN DE LA TEOSOFÍA


ENTRANDO AL JARDÍN DE LA TEOSOFÍA

    


(Charla Convención, Adyar, 27 de Diciembre de 2005)
                                                                             Mary Anderson
                      A menudo se dice que los dos pilares de la Sociedad Teosófica son la fraternidad universal y la libertad de pensamiento. La fraternidad universal implica amor hacia todos, tal amor fraternal como el que debería –aunque no siempre – existir entre hermanos y hermanas o en una familia en general. Y la libertad de pensamiento debería finalmente implicar sabiduría.
                       La raíz de la fraternidad universal se halla en el origen de la humanidad, verdaderamente de todos los reinos de la naturaleza. Todos los seres, aún todas las cosas que existen, tienen un solo origen, lo mismo que los hermanos y hermanas en una familia tienen los mismos padres. El amor es algo que nos une, que nos atrae de vuelta a la Unidad desde la que procedemos y  la cual añoramos, sea que nos demos cuenta o no.
                        Cuando consideramos el otro pilar de la Sociedad Teosófica, la libertad de pensamiento, ¿no parece haber una contradicción entre los dos pilares? Ciertamente,  el acuerdo con otros, la armonía de  mentes, puede profundizar la amistad. Se dice que las grandes mentes piensan  de la misma manera. Por otra parte, un brillante intelecto puede seducir a otros, incluyendo a esos que son demasiado perezosos para pensar por si mismos. Deberíamos tener una mente abierta por una parte, pero por la otra no deberíamos simplemente tragar ideas notables sino pensar cosas por nosotros mismos, llegar a nuestras propias conclusiones.
                       ¿Qué impide a nuestros pensamientos liberarse? Ha habido y aún hay tiempos y lugares donde la libertad de pensamiento ha sido y todavía es suprimida. Se me preguntó una vez con toda seriedad que diferencia había entre  la Sociedad Teosófica y el Partido Comunista, puesto que ambos creían en la fraternidad. Pude solamente pensar en responder con un dicho más bien  fuerte en Alemán: ‘Si tú te rehúsas a ser mi hermano, te romperé el cráneo’. Así, la libertad de pensamiento puede ser suprimida desde afuera. Pero puede ser suprimida a través de nuestros propios defectos, si somos demasiado perezosos para pensar o tememos llegar a ciertas conclusiones, especialmente si tales conclusiones pueden mostrarnos en una luz negativa o si parecen estar en contradicción con el otro pilar de la Sociedad Teosófica, la fraternidad. Verdaderamente, algunas veces la fraternidad y la libertad de pensamiento pueden parecer  halar en direcciones opuestas, ¿pero no es posible respetar las opiniones diferentes en otros y sentir fraternidad hacia ellos? ¿Podemos estar juntos diferentemente?
                  Puede algunas veces ser una bella arte  mantener los dos pilares de la Sociedad Teosófica en equilibrio – un equilibrio flexible, vivo, apoyando la piedra angular que es la Sociedad Teosófica. Los dos pilares y la piedra angular juntos forman la entrada que conduce al jardín de la Teosofía, que no significa que no hay otras entradas que conduzcan allí.¿ No somos capaces de apoyar la Sociedad manteniendo el delicado equilibrio entre la fraternidad y la libertad de pensamiento, de modo que la Sociedad permanezca como una entidad viva fuerte y cumpla su función como una puerta?
                  Si entramos al jardín de la Teosofía, ¿qué encontramos? Un jardín crea un bello medio ambiente.. Los jardines han inspirado a poetas con sentimientos religiosos:

                  ‘Un jardín es una obra de amor,
                    ingenio de Dios!
                    un cantero de rosas,
                    un estanque rodeado de helechos;
                    el entorno de absoluta paz.
                    y sin embargo, el tonto dice
                    que ahí, Dios no está
                    Que Dios no está presente en un jardín
                    durante el fresco  atardecer?
                    No, yo veo la señal que a estar seguro me anima,
                    que en mi jardín, es el mismo Dios  que por el camina.
                       
                                                                          Thomas Edward Brown

                  Muchos monasterios Cristianos y Budistas son famosos por sus jardines.
                  Aún una pequeña planta puede inspirarnos. Hay la historia de un pastor escocés quien amaba la Naturaleza pero fue obligado a pasar el invierno en el pueblo haciendo trabajos manuales. El tenía, en el pequeño ático que arrendaba, una margarita en una maceta que cuidaba con mucho cariño. Para él la margarita representaba  el campo y todas las plantas que él tanto extrañaba.
                   Un jardín puede parecer un símbolo apropiado para la Teosofía, la Sabiduría Divina. Si entramos a través de la puerta de la Sociedad Teosófica, apoyada por sus dos pilares, la fraternidad y la libertad de pensamiento, esto implica que entramos con un corazón que ama y una mente libre, libre del dogmatismo y la superstición – al menos podemos esperarlo!
                  ¿Qué encontramos en este jardín? ¿Qué buscamos y qué encontramos en un jardín? Aquellos seres vivos llamados plantas: árboles, flores, hierba y lo que se necesita para la vida vegetal: tierra, agua, aire y, sobretodo, luz del sol.
                  Simbólicamente, ¿puede que seamos las plantas, creciendo en el jardín de la Teosofía? Necesitamos tierra, agua, aire y luz del sol, no solo físicamente sino también en el sentido de que estos pueden ser símbolos para aspectos de nuestro ser. En otras palabras, necesitamos materia física y un cuerpo físico, con el cual actuemos, simbolizado por la tierra, necesitamos materia más fina, algunas veces llamada ‘astral’, simbolizada por el agua, para expresar nuestros sentimientos y la cual modelamos con nuestras emociones, nuestros deseos, y necesitamos la materia mental más fina, simbolizada por el aire, expresando nuestros pensamientos y la cual modelamos con estos pensamientos. Pero lo que necesitamos sobre todo y lo que siempre tenemos, aunque no conscientemente, es la Luz Divina del Espíritu, simbolizada por la luz del sol.
                      Somos entonces estas plantas, nutridas por nuestras buenas acciones, nuestro amor, nuestros pensamientos surgiendo libres y nuestra naturaleza espiritual.
                        Un jardín necesita ser atendido. Así, deberíamos atender las plantas que somos. Deberíamos asegurar que nuestros cuerpos fueran alimentados con alimento puro, saludable, producido sin dañar a alguna criatura, de modo que sean fuertes y saludables para la actividad útil. Nuestras emociones deberían ser nutridas con el agua pura de los sentimientos bondadosos y armoniosos, expresando compasión y amor. Deberíamos mantener nuestras mentes abiertas al aire puro y sano y no dejarlos en la depresión o barridos por los huracanes de la sensación, de modo que podamos pensar de una manera ordenada, libre e impersonal. Y nunca deberíamos olvidar que en nuestro íntimo ser somos espíritu, somos parte de la vida UNA, somos esa vida.
                    Los símbolos pueden, sin embargo, significar diferentes cosas y las plantas de nuestro jardín pueden también simbolizar la Teosofía.¿Pero que significamos por Teosofía? Hay lo que ha sido llamada Teosofía Primaria y lo que ha sido llamada Teosofía Secundaria. La mayoría de nosotros pensamos de la Teosofía en primer lugar como una enseñanza, como una filosofía, como un maravillosos sistema metafísico que explica tantas cosas  misteriosas, tantos problemas de la vida. Pero la Teosofía como una enseñanza, aunque maravillosa, útil e iluminadora, ha sido llamada simplemente Teosofía Secundaria.
                    ¿Qué es entonces la Teosofía Primaria? Es la Teosofía en acción, la Teosofía en nosotros, en nuestras vidas. Y solamente cuando aplicamos las enseñanzas teosóficas en la vida diaria podemos realmente decir que hemos comprendido  estas enseñanzas, no solo con la mente, sino con todo nuestro ser, de modo que nuestra vida se transforme. Así llegamos a ser afectuosos, verdaderamente al final totalmente inegoistas, desinteresados, nos volvemos sabios y también eficientes porque, si somos realmente inegoistas somos libres de esos deseos egoístas que comúnmente vician nuestros sentimientos, nuestros pensamientos y aún nuestras acciones. Entonces comprenderemos las enseñanzas teosóficas en un nivel más profundo, no solo en teoría sino también y sobre todo en la práctica. Así, se ha dicho: ‘Vive la vida y llegarás a la Sabiduría’.
                       Las enseñanzas teosóficas son como una semilla que se planta. Tal semilla puede simbolizar ala Teosofía Secundaria. Y la Teosofía Primaria, una vida realmente teosófica, es la flor en la cual la planta alcanza  la apoteosis de su belleza. Además, es el fruto resultante que nutrirá a otros, y la semilla que se plantará y difundirá la Teosofía no solo como una enseñanza sino como una forma de vida. Somos esta flor, este fruto, esta semilla. Esta es la Teosofía Primaria. El ejemplo de una vida teosófica es contagioso. ¿Cómo tantos miembros que conocemos nos dicen que su primer contacto o contacto decisivo con la Teosofía no fue un libro, sino una persona – no una persona perfecta, sino quien cuya vida también ha sido transformada por la Teosofía?
                  Pero miremos la Teosofía Secundaria, la Teosofía como una enseñanza, como una filosofía. ¿Cuáles son los fundamentos de las enseñanzas teosóficas? Hay presentaciones muy diferentes, pero ambas Mme. Blavatsky y la Dra. Besant señalaron las tres enseñanzas fundamentales  que pueden transformar las idas de las personas: la Unidad de toda Vida, la Reencarnación, y el Karma. Así, estas peden ser las semillas plantadas como Teosofía Secundaria.
                 Tomemos primero la Unidad de toda Vida. Toda planta se origina de una diminuta semilla.  Esta semilla proviene de otra planta, que creció de otra semilla. La imagen de una semilla se usa verdaderamente en el Chandogya Upanishad por un padre que explica a su hijo lo que es su verdadera naturaleza: La esencia invisible dentro de una diminuta semilla es el origen de un gran árbol, representando todo el universo, y esta diminuta semilla, este origen –‘Este eres tú’. Si retrocedemos lo suficiente con el pensamiento podemos darnos cuenta que todos estamos físicamente relacionados. Es un pensamiento asombroso. Todavía más asombros es el pensamiento de que esta Unidad que compartimos con otros es nuestra verdadera naturaleza como también esa de todos los seres humanos, verdaderamente de todas las criaturas vivas – y de todo lo que vive.
                    La reencarnación está ilustrada en la ‘muerte’ aparente de las plantas en invierno y su ‘renacimiento’ en la primavera, la que, si realmente lo consideramos, puede llenarnos de admiración. El concepto de reencarnación puede disipar el temor a la muerte. Verdaderamente, puede mostrarnos la necesidad de la muerte, de nuevo por analogía con la vida de la planta: ‘Les aseguro  que si un grano de trigo no cae en la tierra y muere, sigue siendo  un solo grano; pero si muere, da abundante cosecha’ (San Juan, 12:24).
                   La ley del Karma está ilustrada por San Pablo en las palabras: ‘No se engañen ustedes, nadie puede burlarse de Dios. Lo que se siembra, se cosecha’ (Gál. 6:7). Encontramos su eco en las palabras de Luz de Asia (p.215):
                  ‘Recogéis lo que sembrasteis. ¡Ved este campo! El sésamo fue sésamo, y trigo el trigo. El silencio y la sombra lo saben, ¡así nace el destino del hombre! Viene a cosechar tanto sésamo o trigo como el que sembró en una existencia anterior, tantas hierbas malas y venenosas que enferman a él y a la tierra dolorosa. Si trabaja bien, arrancándolas y plantando en su lugar semillas benéficas, el suelo será fecundo, hermoso y puro, y será rica la cosecha’.
                         Y sobre todo – sobre la Teosofía Secundaria, la semilla plantada en la tierra, y sobre la Teosofía Primaria, la flor, el fruto, y nuevamente la semilla, esto es, lo que hacemos de esta semilla – allí brilla el sol de la Teosofía, la Sabiduría Divina.
                          En el jardín de un templo en el Oriente  habían flores de loto, las que nuevamente son altamente simbólicas: símbolos de la constitución de un ser humano y de su crecimiento espiritual, de ‘llegar a ser lo que uno es’.La flor del loto tiene sus raíces en la tierra, en el lodo, al fondo   del estanque de lotos, representando al cuerpo físico. Sus tallos se elevan a través del agua, simbolizando las emociones, se elevan más alto a través del aire – un símbolo de nuestras mentes, nuestros pensamientos – y finalmente la flor del loto se abre a la luz del sol del espíritu. Así nuestra consciencia, al principio se concentra en el cuerpo físico, luego a nivel de nuestras emociones, luego en nuestros pensamientos, finalmente encuentra su destino en la luz del sol del espíritu.
                          Los árboles, también adornan el jardín y tienen su significado simbólico. Encontramos el Arbol de la Vida en la tradición Nórdica: el árbol Yggdrasil, el símbolo del mundo, el árbol del universo, del tiempo y la de vida. Al comienzo del Discurso XV del Bhagavadgita leemos: ‘Con ramas arriba, con ramas debajo, dícese que el Asvattha (árbol Banyan de la vida terrena)  es indestructible…’ Esta es una descripción del mundo en el que vivimos. Las raíces de este mundo están en el mundo espiritual retratado como ‘arriba’. El segundo verso continúa:
                          ‘Sus ramas se proyectan hacia abajo y hacia arriba, nutridas por las cualidades; los objetos de los sentidos son sus brotes, y sus raíces crecen hacia abajo, los lazos de la acción en el mundo de los hombres’.
                           Esta parece ser una descripción de nosotros los seres humanos, viviendo en el mundo de los objetos que percibimos por medio de los sentidos, estando sujetos a las gunas: indolencia, pasión y armonía, y creando Karma por nuestras acciones.
                           Luego sigue una descripción de cómo escapar de este mundo de ilusorias percepciones de los sentidos, las gunas y los lazos del karma.
                           ‘Una vez abatido este Asvattha fuertemente arraigado, con el arma firme del no apego, puede buscarse ese sendero de más allá, en cuyo recorrido no hay retorno. Voy ciertamente hacia ese Hombre Prístino, de donde brotara la energía antigua’.
                           Así podemos ver en la vida de las plantas interesantes símbolos de las enseñanzas de la Teosofía, útiles ilustraciones de cómo la Teosofía puede volverse viva en nosotros. Pero tales símbolos no son solamente instrumentos útiles para ilustración y comprensión. La raíz de un símbolo se halla en el principio de analogía, que revela el mismo proceso que trabaja en diferentes circunstancias, en diferentes niveles.
                         ‘Como es lo Interno, así lo Externo, como es lo Grande, así es lo Pequeño; como es arriba, así es abajo; no hay sino UNAVIDA Y UNA LEY; y quien trabaja es el UNO. (La Doctrina Secreta y su Estudio, citada en Fundamentos de la Filosofía Esotérica (I. Hoskins), pp.65-6)
                           ¿No nos recuerda la analogía de un jardín que las mismas leyes son operativas en todas partes?


                                                       The Theosophist, Enero de 2006
                                                        Tradujo: Perla R.

domingo, 5 de mayo de 2013

CONOCIMIENTO TRANSFORMADOR



Dara Tatray
  Este es un intento de investigar la naturaleza del pensamiento y la clase de esta investigación. Una consideración de la naturaleza del pensamiento, y del conocimiento, surge de la naturaleza y la constitución del ser humano, y debe intentarse en el proceso de toda seria discusión del conocimiento o sabiduría. También surge de la trama de la vida, y de la historia, en un momento en que nuestra falta de auto-control o auto-conocimiento, parecen  arriesgar el bienestar de tantas criaturas y culturas.
   Es importante que todos los que participen en una investigación así, ubiquen dentro de si mismos las materias bajo discusión. Si el escritor está hablando acerca del ‘conocimiento’ y el lector pone atención solamente a las palabras, entonces este será un movimiento de palabras vacías. En toda discusión metafísica, es vital ubicar dentro de nosotros las materias bajo discusión: después de todo, dentro de nosotros es el único lugar donde el pensamiento, conocimiento, sabiduría, y todas las otras materias metafísicas se van a encontrar. Los asuntos empíricos  se van a encontrar en el mundo  externo/empírico: los asuntos metafísicos están adentro. Las materias principales de investigación metafísica se dice que es Dios, el alma, y el mundo. Tanto J. Krishnamurti como el sabio del sur de India Ramana Maharshi, intentaron  aclarar abundantemente que las respuestas siempre residen en los mismos problemas, en los mismos asuntos. Así es que debemos poner atención a ellos. Esto es quizás más fácil de lo que la mente complicada lo hace aparecer.
               Un visitante preguntó una vez a Ramana si debería abandonar sus negocios y dedicarse a leer libros sobre la Vedanta. La respuesta de Ramana fue típicamente al punto:
                ‘Si los objetos tienen una existencia independiente, es decir, si existen en todas partes aparte de usted, entonces puede ser posible  liberarse de ellos. Pero no existen aparte de usted; deben su existencia a usted, a su pensamiento. Así ¿adónde puede ir, para escapar de ellos? En cuanto a leer libros sobre Vedanta, puede seguir leyendo un número de ellos. Pueden decirle solamente, ‘Realice el Yo dentro de usted’. El Yo no puede encontrarse en los libros. Tiene que descubrirlo usted mismo en usted’.
               Esto aclara la necesidad de ubicar dentro de ustedes, problemas o situaciones que parecen tener una existencia independiente.
               Nuestros lugares de trabajo y negocios tienen una existencia independiente, en un sentido relativo. Pero son solamente semi-autónomos, siendo constantemente re-creados o co-creados por nosotros mismos. Cuando me voy de la oficina, o de mi lugar de trabajo, permanece detrás. Pero llevo mi experiencia de este lugar conmigo. Mi encanto en el trabajo, mis problemas (suponiendo que tengo alguno), las relaciones con los colegas y computadores, todo eso que llevo conmigo dondequiera que voy: y cuando regreso a la oficina, regresan conmigo. Asimismo, suponga que peleo con mi marido, puedo dejar el matrimonio y quizás dejar estas peleas atrás. Pero una gran parte del problema permanecerá conmigo, esperando encontrar otro ambiente en el cual pueda expresarse. Ninguna de estas cosas tiene una existencia independiente. Así dentro del complejo cuerpo/mente es donde debemos mirar si vamos a mirarlos por lo que ellos son.
               Por lo tanto, no es bueno hablar acerca del conocimiento o pensamiento si no colocamos la entidad indicada por la palabra dentro del cuerpo/mente.  Si miramos el conocimiento, pienso que concordaremos  que generalmente consiste en el ‘conocimiento acerca de las cosas’. Esto incluye no solamente la ciencia y tecnología, conocimiento acerca de otras culturas, acerca de otros planetas, acerca del lenguaje y así sucesivamente, sino también  como ir desde Londres a Chennai, como pasar un examen, lo que es bueno comer y como cocinarlo, y así. Parece que podemos tener conocimiento acerca de todas las cosas en el cosmos. La palabra ‘ciencia’ de hecho deriva de scientia que significa ‘conocer’, y el propósito de la ciencia es reducir lo desconocido a proporciones insignificantes. Surge la pregunta, sin embargo, si podemos, de hecho, tener conocimiento acerca de todas las cosas, o solamente acerca de cada cosa. La diferencia en la redacción puede ser escasa, pero las dos frases entregan significados enormemente diferentes. Algunos preguntarían si podemos tener conocimiento de los aspectos más sutiles de la vida: y sugiero que en el sentido más profundo, vida y el significado de la vida siempre permanecerán más allá del alcance del conocimiento. J. Krishnamurti y David Bohm han sugerido que el conocimiento, el que es sinónimo de pensamiento, está siempre condicionado, siempre mecánico; un producto del pasado. En este caso, la  vida, que es siempre nueva, puede  solo realmente  conocerse en algún otro sentido.
              La palabra ‘conocimiento’ también se usa para referirse a un modo enteramente diferente de percepción, o forma de conocimiento, el que no es ‘acerca de las cosas’.A esto es lo que se refiere generalmente la palabra gnosis, o en Sánscrito, jñana, ambas de las cuales se refieren a la percepción intuitiva directa, que no da información acerca del mundo, sino que ve directamente. En la tradición de la filosofía perenne esto es lo que se mira como verdadero conocimiento o conocimiento  correcto: aún cuando es  mayormente no verbal, no lingüístico. Es una forma no física de ver lo que Ramana Maharshi llamó ver con los ojos de la realización. Cuando vemos con el ojo físico, dijo, vemos el mundo. Cuando vemos con el ojo de la realización, ‘aparecen todas las cosas’. Este ‘todas las cosas’, la totalidad, está siempre presente, pero generalmente no somos conscientes de ello: estamos consciente solamente de las cosas.
                Muchísimos sabios y místicos  han enseñado que para ver la vida en su totalidad, para ver las cosas más allá hasta la totalidad de la vida, debemos mirar hacia adentro. La orden ‘mirar hacia adentro’ puede parecer ser más bien vaga: parece apuntar en una dirección que nunca se especifica. Podría ayudar a conocer que desde un punto de vista experimental o práctico, mirar directamente lo que es, ya sea un árbol o una emoción o un pensamiento, es lo mismo que mirar hacia adentro. La palabra está siempre afuera, la cosa está adentro.
                Cuando Thoth o Hermes revelaron primero el arte de la escritura, el Rey de Egipto se dice que se lamentó. En respuesta, Thoth dice al Rey Thamus que no se preocupe. La lectura dice, ‘volverá a los Egipcios más sabios, y aún aumentará sus poderes de memoria’. A esto respondió el rey, pensativo:
               ‘Tú que eres el padre de las letras…has afirmado lo contrario de lo que las letras pueden efectuar. Porque estas, a través de la negligencia de la memoria, producirán olvido en el alma del aprendiz; porque a través de la confianza en las notas escritas externas y ajenas, no ejercitarán los poderes internos de la evocación…
                ‘Tú…entregarás a tus discípulos una opinión de la sabiduría, y no la verdad. Porque como resultado de tener muchos lectores sin la instrucción de un maestro, la multitud  parecerá estar en conocimiento de muchas cosas de las que al mismo tiempo es ignorante, y se volverán asociados molestos como resultado de poseer una opinión de la sabiduría en vez de la misma sabiduría’.
                 Al Rey de Egipto le preocupaba que la lectura condujera a una negligencia de la memoria, de la realización, y a una opinión de la sabiduría más bien que a la sabiduría en si. Al leer las palabras de los sabios sin serlo nosotros mismos, parecerá que conocemos muchas cosas de las que en verdad somos ignorantes. Y al leerlas, puede que quedemos atrapados en las palabras, inconscientes  de que no estamos  mirando efectivamente lo que está escrito. Deslizarse desde mirar las cosas y mirar las palabras acerca de las cosas, sucede de instante en instante, imperceptiblemente.
                 El hecho que la opinión de la sabiduría no es sabiduría, o que el conocimiento no es percepción directa, no sería un problema en si mismo si no fuera por la tendencia del conocimiento a cegarse a sus propias limitaciones. El pensamiento se siente suficiente, lo mismo que la opinión de la sabiduría siente que ha ganado la sabiduría. Se dice a menudo que el principio del conocimiento real es saber que realmente no sabemos. Similarmente, escuché una vez a un experto que describía como alguien que conoce los peores errores  que puede cometer en su campo de experiencia. Podemos decir, por lo tanto, que en la medida que el conocimiento sea inconsciente de lo que no sabemos, e inconsciente de los peores errores que podemos cometer, no puede mirarse como conocimiento completo o exacto. El peor error que comete el conocimiento es seguramente substituirse por conciencia. Esta es la trampa o artimaña principal del conocimiento: ese que reemplaza la percepción en la naturaleza de la realidad, o percepción directa;  desvía la atención de sus limitaciones.

‘Trascendiendo’ el Pensamiento
               El maestro vedantino Sankaracharya enseñó que ‘el Karma nunca es la causa de la emancipación’. Ninguna acción puede producir la emancipación o liberación. Ninguna acción puede no condicionar la mente. ‘Las acciones’, dijo, ‘son para la purificación del corazón, no para la consecución de la naturaleza real. La naturaleza puede alcanzarse por el correcto discernimiento, pero no por una cantidad de Karma’. Esto parece ser contradictorio ¿No es el correcto discernimiento una acción? Si el corazón es purificado por viveka, el discernimiento entre lo Real y lo irreal, lo permanente y lo transitorio, lo condicionado y lo incondicionado, lo parcial y lo total, ¿cuál es el significado último y cual no lo es: entonces por qué decir que este no produce la Liberación? Quizás esto es porque la clase de  vigilancia, atención y conocimiento implicado en la práctica de viveka no es una acción en el sentido normal de la palabra. No es algo que hacemos, sino una simple acción de observación, de ver puro. Si hay volición en ella, un deseo, entonces esto nuevamente se vuelve un proceso material, una acción complicada basada en el deseo y  cargado de consecuencias: y ninguna de tales acciones, ni el karma, pueden conducir a la liberación. Sankaracharya parece estar implicando que viveka no es el resultado de la volición: no podemos tratar de estar alertas, no podemos tratar rediscernir entre lo Real y lo irreal. En lugar de esto, lo que parece suceder es que cuando llegamos a estar conscientes de la irrealidad, o fragmentación, o estado incompleto como tal, entonces surge un natural escepticismo o duda no verbal. Esto deja espacio para que entre lo Real.
               Cuando pensamos en la transformación, estamos listos para pensar en términos de algo llegando a ser algo que no lo s: o al menos tendemos a pensar en términos de llegar a ser. Quizás pensamos en términos de llegar a ser lo que verdaderamente somos. Pero sugeriría que transformación y Sabiduría son asuntos del Ser, no del llegar a ser. Hay una tremenda comodidad y esperanza en llegar a ser: pero también contiene un elemento de evitación. Sankaracharya y J. Krishnamurti parecen concordar que en el campo espiritual no hay camino o sendero desde A a B. Sin embargo, esta no es la condición sin esperanzas que podría primero parecer ser. Aunque no podemos llegar a ser algo que no somos, podemos llegar a ser conscientes de lo que somos justo ahora, y esta conciencia es transformativa. Desgraciadamente, no toma mucho tiempo para la mente traducir esta enseñanza en una serie de mantras: ‘Soy codicioso’, ‘soy flojo’,’soy interesado en mi mismo’, ‘soy inconsciente’, etc. Nuevamente, estos pensamientos no son la observación de lo que es. Lo que necesitamos investigar y observar  es lo que efectivamente está allí, presente dentro de nosotros. Solamente entonces podemos liberarnos del contenido de la consciencia, que contiene no solamente una gran cantidad de placer, sino también todo inimaginable sufrimiento.
               C.W Leadbeater y Annie Besant enseñaron a una generación de Teósofos y otros, que los pensamientos son cosas. Es interesante, por lo tanto, que un número de Teósofos que no tienen problema con la  afirmación de Leadbeater, retírate del yo – la misma afirmación hecha por J. Krishnamurti y David Bohm que el pensamiento es un proceso material.. Algunos de nosotros preferimos la versión endulzada: pero el significado y el desafío es el mismo.
               Nuestros pensamientos pueden hacer mucho. Establecen quienes somos por la producción de ciertas tendencias, y causan ciertas vibraciones dentro y a nuestro alrededor. El pensamiento es altamente creativo en una cierta forma acumulativa, lineal. Pero el pensamiento no puede crear algo nuevo. El pensamiento puede crear rosas negras en lugar de rojas, el pensamiento puede crear ratas con oídos humanos, el pensamiento puede mezclar los colores de la paleta en infinitas o al menos, innumerables formas: pero ¿podría el pensamiento haber creado el mismo color? ¿Podría el pensamiento haber creado lo que es ser un color? El pensamiento puede solamente trabajar con lo que está allí. Solamente Dios, o la Verdad, o el Infinito, pueden causar que algo sea.
               La Vedanta Advaita va mucho más lejos en cuanto a igualar el pensamiento con la ignorancia. En el Viveka-Chudamani, Sankaracharya iguala avidya o ignorancia existencial directamente con manas o mente. Dice: ‘No existe avidya además de manas. El mismo manas es  avidya, el instrumento para la producción de la esclavitud de la existencia condicionada’. Asimismo, el Raja Yoga mira al pensamiento como una modificación o condición de la mente que interrumpe la conciencia. Mirar el pensamiento no llega naturalmente: y no es auto-evidente que el pensamiento es un problema. Tenemos que tener una buena razón para comenzar esta clase de exploración o investigación. A menudo, alguien que se ha liberado de todo esto llega y dice: ‘mira lo que está sucediendo; mira lo que estás haciendo’. Si estamos abiertos a este mensaje por cualquier razón, seremos inspirados a comenzar a mirar en esta dirección, lo cual, por ponerlo  suavemente, es la única dirección que el pensamiento no quiere que miremos. El pensamiento está feliz de explorar el espacio externo, y aún el mundo dentro del átomo hasta un punto: está feliz de explorar cualquier cosa que haya proyectado. Pero tener la mirada atenta puesta en el pensador es una proposición profundamente inquietante. Esta es por supuesto, una metáfora: el pensamiento no es realmente inquietado, el pensamiento no es pensar ‘no me mires’, ‘no me mires’. Simplemente no va allí, a menos que se dirija con un propósito determinado.
               Debido a declaraciones tales como ‘ningún karma conducirá a la emancipación’, y la afirmación de Ramana que el Yo está siempre Realizado, algunos modernos pseudo-gurús han hecho posible  abusar de la idea que no se requiere ningún esfuerzo en el sendero. Algunas veces Ramana Maharshi exige linaje, o se sostiene que Krishnaji enseñó un enfoque ‘sin esfuerzo’. Pero ambos, Ramana y Krishnaji señalaron en cientos de ocasiones que la vida de  Auto-indagación es completamente exigente. Una vez un visitante preguntó a Ramana acerca de lo que el inquiridor llamó ‘el método de Krishnamurti de conocimiento sin esfuerzo ni opción’. Como lo entiendo, Krishnaji nunca trató el conocimiento sin opción como un método, para él era un hecho: pero el asunto evocó una respuesta interesante no obstante. La respuesta de Ramana fue esta:
               ‘El conocimiento sin esfuerzo ni opción es nuestra naturaleza real. Si podemos alcanzarla o estar en este estado, está bien. Pero uno no puede alcanzarla sin esfuerzo, el esfuerzo de la meditación deliberada. Todas las vasanas de siempre llevan la mente hacia fuera y la vuelven hacia los objetos externos. Todos estos pensamientos tienen que abandonarse y la mente volverse hacia adentro. Para esto, es necesario el esfuerzo para la mayoría de las personas’.
                Observemos que Ramana dice que todos los pensamientos que llevan a la mente hacia fuera deberían abandonarse: no que todos estos pensamientos deberían no existir. Esto es lo que es la verdadera renunciación: o en el idioma de Krishnaji, morir a lo conocido. No significa que lo conocido cesa de existir. Lo conocido siempre existirá. Los pensamientos siempre existirán, pero nuestro apego a ellos debe terminar si vamos a llegar a ser verdaderamente concientes.
                  Aunque hay mucho que se dice  en las tradiciones espirituales de aquietar o silenciar la mente, el camino de la contemplación no es pasivo. Como el dotado metafísico Ananda  Coomaraswamy dijo una vez: ‘la práctica contemplativa incluye una actividad que es comúnmente comparada con las llamas de un fuego a una temperatura tan elevada que no muestran ni  oscilaciones ni humo’. Claramente, entonces está incluido el Recto Esfuerzo, tanto para la purificación del corazón como para la práctica de la Auto-indagación. Una vez que surge el deseo el deseo dela liberación, todo lo que no esel Yo, esto no es Liberación, es desechado sin esfuerzo como innecesario e inútil. Para esta clase de investigación, el análisis no es necesario. En su pequeño pero poderoso libro ¿Quién soy yo?, Ramana señaló que alguien que desea sacar la basura no necesita analizarla y ver lo que es: la basura simplemente necesita desecharse. Similarmente, quien quiere conocer el Yo necesita solamente  descartar todo lo que oculta el Yo. Viveka o vigilancia entonces llega naturalmente.

                                           The Theosophist, Julio de 2004
                                            Tradujo: Perla R.

miércoles, 1 de mayo de 2013

LA LUZ DE BUDDHI (Intuición)




                                                                         I.K. Taimni      
   La mayoría de nosotros nos olvidamos completamente del hecho que estamos aquí por un breve periodo, y que somos una parte insignificante de un universo vasto y aparentemente ilimitado. Un insecto rastrero en los Himalayas tiene comparativamente una mayor significancia desde el punto de vista puramente físico. Entramos a esta vida por la puerta del nacimiento y después pasamos unos setenta años sobre este planeta bajo toda clase de circunstancias y desaparecemos por la puerta de la muerte. Esta procesión de seres vivos ha estado sucediendo por miles de años y todavía no ocurre que muchas personas hagan preguntas pertinentes en cuanto a de dónde venimos, hacia donde vamos y por qué estamos aquí. Nuestro gusto por la vida, sea placentero o desagradable, nuestra  absorción en el interés que hemos desarrollado, es tan completa que no nos damos cuenta  del gran problema de la vida que enfrentamos todo el tiempo,  que un abrumador misterio nos rodea.
                      No solamente  estamos persiguiendo nuestras pequeñas aspiraciones personales en un mundo aparentemente sin sentido ,de una manera casual, sino que mostramos la misma falta de inteligencia al tratar con el problema mayor de la humanidad. Hay una completa falta de principios o ideas guiadoras indicando la dirección en la cual tenemos que ir. Hay una vaga idea de que tenemos que promover el bienestar de la humanidad, pero lo que significa un real bienestar y cómo va a obtenerse, son preguntas acerca de las cuáles, hay una amarga controversia y un conflicto mortal. Tanto es así, que estamos tranquilamente dispuestos a destruir en una guerra atómica a la mayor parte de esta precisa humanidad por cuyo  mejoramiento se supone que estamos trabajando y luchando! ¿Podría haber una ilustración más adecuada de esta  prevaleciente falta de inteligencia, a pesar de los extraordinarios logros intelectuales de la ciencia y de la indudablemente elevada capacidad mental, de aquellos que guían los destinos de las naciones?
                       Muchos de nosotros ,que estamos persiguiendo  sinceramente estas metas temporales en búsqueda de la felicidad, sabemos teóricamente que esta búsqueda es inútil y que la real felicidad puede encontrarse solamente dentro de uno mismo, elevando la conciencia a niveles superiores y trascendiendo gradualmente, las ilusiones y limitaciones de la vida inferior. Pero todavía no hacemos nada para producir los cambios necesarios en nuestra vida. La razón para estas conductas anómalas, de acuerdo a nuestros sabios, se halla en el hecho de que la percepción de las verdades más profundas de la vida y el significado interno, aún de los sucesos comunes que entran en contacto cada día, depende, no de la razón o del ejercicio de la mente inferior, sino de la facultad espiritual superior que se llama buddhi y es vagamente referida como intuición en la Psicología occidental. El intelecto puede conocer todos los hechos, pero a menos y hasta que sea iluminada por la luz de buddhi fracasará en ver su significancia más profunda. A esto se debe que la actitud de los filósofos que hablan cada día de los problemas más profundos de la vida , no difiera apreciablemente de la actitud del hombre de la calle. A esto se debe, por qué los científicos, que diariamente  examinan los cielos y miran las profundidades más lejanas de este vasto universo, no puedan ver la insignificancia de nuestra vida humana ,desde el punto de vista puramente físico. A esto se debe ,por qué encontramos a tantos instructores religiosos predicando la Vedanta a sus seguidores y viviendo sus vidas, como si esta filosofía fuera un asunto de puro interés académico.   Esta gente parece saber todas las cosas y aún realmente no saber nada. Su conocimiento  está solo en el plano del intelecto. La facultad de buddhi no se ha desarrollado o permitido que funcione en un grado adecuado. Su conocimiento aún no se ha convertido en realización, por medio de la iluminación de buddhi.
                               Esta falta de percepción interna ,no es el único resultado de la obscuración de la facultad buddhica.. Cuando se le ha permitido a esta facultad dormirse hasta un grado extraordinario, por las malas tendencias y acciones, puede resultar en un fenómeno que parece verdaderamente asombroso, desde el punto de vista psicológico. De otro modo encontramos que las personas normales y sensibles se comportan como lunáticas en ciertos asuntos. Encontramos una notable comprensión intelectual de las verdades espirituales, existiendo lado a lado con depravaciones morales de la peor especie. Es difícil comprender tales anomalías a menos que reconozcamos este diferencia entre el intelecto y buddhi. Tales casos se deben a anormalidades  en el funcionamiento de buddhi ,producido ya sea por un desarrollo  desequilibrado del intelecto, o por permitir desviarse lentamente por malos caminos
                             La iluminación buddhica no se necesita solamente para guardarnos de errar el camino o caer en malos pasos, sino también en el campo de sadhana o práctica espiritual ,cuando nos embarcamos con recta seriedad en la aventura divina de la auto-realización. Muchas personas creen honestamente, que todo lo que tienen que hacer  para asegurar su progreso espiritual, es encontrar un maestro espiritual  o Guru adecuado, quien los guíe en todas las cosas y se haga responsable por su bienestar espiritual.
                               Sin embargo, el hecho es que  ningún hollar real del sendero espiritual es posible ,hasta que el aspirante haya  desenvuelto su buddhi suficientemente, para encontrar dentro de si mismo toda la guía que necesita para su progreso espiritual. El maestro puede ayudarlo en asuntos cruciales, o en ocasiones especiales ,pero no puede estar muy cerca del discípulo para ayudarlo en cada dificultad  o prueba severa. De hecho, mientras más avanza el discípulo en el Sendero, más tiene que aprender a ser independiente de su maestro. La luz  del Sendero debe provenir desde adentro. Una luz así, la cual es el resultado de un sano funcionamiento de la facultad buddhica, puede provenir desde adentro ,solamente cuando la mente está suficientemente purificada por la correcta vida  y la auto-disciplina yógica, como señalada en los Yoga-sutras (II,28).
                         ‘De la práctica de los ejercicios constituyentes del yoga, sobre la destrucción de las impurezas, surge la iluminación espiritual que se desarrolla en la percepción de la Realidad’
                         Esta luz, la cual es esencialmente de la naturaleza de la percepción espiritual, permite al aspirante  entrar en el Sendero de Santidad. Lo guía a través de las diferentes etapas de la larga y difícil jornada ,y lo guarda en contra de peligros y tentaciones de todas clases, y es esta luz nuevamente, la que le permite desgarrar el último velo que oculta el rostro del Amado. Así, necesita la iluminación buddhica desde el momento en que entra al sendero, hasta que cruza el umbral del nirvana.
                          La verdad es esencialmente simple y para comprenderla  no requerimos explicaciones engorrosas formuladas en lenguaje abstruso, sino de un intelecto agudo, ansioso y purificado, el cual, con la luz de buddhi, pueda reflejar la Verdad dentro de si.
                          Cualquiera que mire a través de la vasta literatura de la religión y filosofía Hindú, puede ver a la vez que una considerable parte es meramente una multitud de acrecencias que han crecido alrededor del núcleo de las verdades esenciales y vitales ,durante el curso de miles de años. Al inicio de cualquier movimiento espiritual, aquellos que le dieron el impulso inicial, tienen al menos un conocimiento directo de  las verdades, y tratan de incorporarlas en lenguaje condensado, simple y prolifico. Esta literatura es meramente el vehículo de las verdades reales que han experimentado, y  refleja esas verdades tanto como puede hacerse a través del  tosco e imperfecto medio de cualquier lenguaje.
                           Con el paso del tiempo las cosas cambian. Los conocedores directos son reemplazados por conocedores de segunda mano y meros eruditos, para quienes la verdad se convierte en solo un asunto de conocimiento y discusión intelectual. Habiendo perdido el contacto directo con las realidades de las verdades que ellos estudian y exponen, se llegan a interesar más y más ,y a involucrarse en asuntos de expresión e interpretación. Así, crece un montón de literatura artificialmente creada, por consideración de satisfacer el intelecto. Algo de esta literatura tiene todavía algún valor, porque se elabora y sirve para explicar en alguna medida, las verdades primordiales. Pero mucha de ella no tiene valor alguno, no teniendo relación con los hechos involucrados. El buscador que discierne puede intuitivamente  clasificar las diferentes clases de producciones y separar lo vital de lo adulterado.
                         Al estudiar un tema de profunda significancia tenemos que considerar sus variados aspectos desde puntos de vista diferentes ,para obtener una adecuada comprensión del tema, como un todo. Esto no es fácil porque mientras más profundo entre una persona en los problemas de la vida, mayor será el número de puntos en los que toca a  la vida y sus manifestaciones y más difícil se vuelve estudiarlos por completo. En realidad, la vida es una en esencia, y por lo tanto, comprender un aspecto de ella  debidamente, requiere el estudio de todos los otros aspectos. Es verdad que para conocer el total, debemos conocer todas las partes constituyentes, pero es también verdad que para conocer una parte perfectamente, debemos conocer el total.  Todas las cosas están conectadas con otras, aunque pueda que no seamos capaces de ver esta conexión. A esto se debe  por qué los sabios Hindúes no se preocupan de estudiar con gran detalle los fenómenos de la naturaleza, como lo hace la ciencia moderna. Ellos saben, que aún cuando cuidadoso nuestro estudio de cualquier parte del universo manifestado, no podremos nunca conocerlo completa y verdaderamente. Ellos se volvieron al Total, a la Realidad  fundamental, sabiendo que todas las cosas podían conocerse en esencia y realidad y en la correcta perspectiva. Porque todo quien conoce la Totalidad, conoce esencialmente todas las partes innumerables que la constituyen, y si para algún propósito se hace necesario conocer los detalles superficiales de un aspecto particular de la vida, esto puede hacerse muy fácil y efectivamente.
                         La totalidad del universo  cognoscible es la expresión externa de una Realidad trascendente que está más allá de los sentidos y más allá del campo del intelecto. Esta Realidad,  la que en lenguaje común, es referida como a Dios, se manifiesta por un lado como el universo inanimado, el cual vemos que se extiende a nuestro alrededor por todos lados y en diferentes planos, y por el otro, en la forma de innumerables mónadas individuales (jivatma-s) que son esencialmente de la naturaleza de la conciencia, y que pueden considerarse como centros activos en esta Realidad trascendente.
                          Estos centros eternos de la conciencia dividida se encuentran  incluidos en el universo manifestado y luchando por comprender su verdadera naturaleza ,a través de un largo curso de evolución que se extiende a lo largo de una serie de vidas. Cuando esta evolución alcanza su  consumación, cada mónada individual comprende que es divina, eterna, auto-suficiente y una en esencia con la Realidad fundamental del universo, y que las tribulaciones, pesares y  dolores que ha sufrido, eran parte de una gran ilusión, que es una parte necesaria del proceso evolucionario.
                               No es necesario entrar aquí en cuestiones metafísicas. ¿Cuál es la naturaleza del universo y las mónadas? ¿Por qué se incluyeron estas mónadas inicialmente en este proceso global? Estas son preguntas interesantes ,pero están realmente más allá del campo del intelecto y, por lo tanto, nunca pueden contestarse satisfactoriamente en términos del intelecto. Son preguntas  fundamentales (atiprasna) que pueden aclararse – o más bien resolverse – solamente por  medio del Conocimiento de si mismo ,dentro del silencio y la profundidad de nuestra propia conciencia. De cualquier modo, no estamos interesados con estas preguntas ahora. Estamos interesados solamente con el asunto básico y práctico, en cuanto a cómo estas mónadas o centros de  conciencia divina, que se encuentran  comprometidos con el sufrimiento e ilusión, pueden  desenredarse de estas limitaciones y condiciones dolorosas ,por medio de un proceso progresivo de Auto-realización.
                            Un estudio objetivo y científico de la constitución total de estas mónadas, y el lado oculto del universo manifestado por los métodos del yoga, han mostrado a estos sabios, muchos de quienes eran hombres perfectos, (siddha-purusha-s) que aunque cada mónada en su naturaleza esencial y más íntima ,no es sino un centro en la conciencia divina universal, está asociada con la materia de los diferentes planos que constituyen sus cuerpos o kosa-s. A
través de estos cuerpos, la conciencia de la mónada o jivatma, funciona en los planos respectivos del universo manifestado, físico y superfísico.
                           Aunque en los planos espirituales superiores, la mónada percibe su verdadera naturaleza, la cual es indicada por la frase sat-chit-ananda (Ser-Conciencia-Felicidad) cada descenso en los planos inferiores limita y oscurece en un mayor grado su conciencia, de modo que en el plano físico, el cual es el inferior, sus limitaciones son lo más grande posible, y está ausente. la percepción de su naturaleza divina . La totalidad del ser humano puede, por lo tanto,  considerarse mejor ,como una manifestación centralizada de la Realidad, a través de un conjunto de vehículos de creciente intensidad, los que progresivamente oscurecen su conciencia y limitan sus poderes. Cómo esta oscuración progresiva de conciencia tiene lugar pasando a través de diferentes medios n puede comprenderse por medio del siguiente experimento basado en el fenómeno de la luz.
                         Si un rayo de luz se hace pasar a través de diferentes clases de medios exitosamente, cada medio disminuirá la intensidad y alterará la composición de la luz, y la luz  que  sale finalmente será afectada por la absorción y deformación de todos los medios que intervienen como lo que se muestra en el siguiente diagrama:


Vidrio 

Deformaciones
alcohol  

Tintes
Coloreados
agua

Sedimento
Aire




Polvo y Humo

                      ¿Cómo podemos minimizar las modificaciones producidas por el medio? Simplemente  removiendo las impurezas y deformaciones que existen dentro de él.  Saquemos el humo del aire por absorción, saquemos el color del alcohol por medios químicos, quitemos el sedimento del agua por centrifugación, y  quitemos las deformaciones del vidrio por el temple, y la luz que saldrá, prácticamente será tan brillante y pura como lo es originalmente.
                      Podemos imaginar la conciencia superior de la mónada afectada en una forma análoga al pasar a través del medio de diferentes vehículos, de modo que cuando emerge finalmente dentro del cerebro humano, ha sido enormemente modificada y oscurecida por todos los vehículos que intervienen. Algunas de estas modificaciones y limitaciones son inherentes al funcionamiento de la conciencia a través de los respectivos vehículos ,mientras otras se deben a las imperfecciones de los vehículos o impurezas o deformaciones producidas durante el curso de la evolución. Las anteriores permanecen mientras la conciencia permanece encarnada;  las últimas pueden quitarse por medio de las prácticas espirituales y la  auto-disciplina yógica.
                     Cuando el proceso de la perfección y purificación se ha completado, la conciencia puede funcionar a través de los vehículos sin oscuración ni limitaciones; en tanto esto es posible dentro de las limitaciones referidas arriba. Esto es liberación en tanto en el cuerpo (jivanmukti). Cuando los vehículos inferiores  se dejan, aún las últimas clases de limitaciones desaparecen y  se alcanza la liberación fuera del cuerpo (videhamukti).
                      Ya que la liberación o iluminación puede considerarse como una expresión de la conciencia sin ser indebidamente  estorbada ni oscurecida por sus vehículos, las prácticas para alcanzar el estado de iluminación deben estar fundamentalmente interesadas en la reorganización y purificación de los vehículos. Básicamente, aún la conciencia común que encuentra expresión a través del cerebro físico, deriva de la conciencia pura y perfecta de Brahman, y por lo tanto, todas las expresiones de la conciencia, son expresiones de la Conciencia Divina. Pero las limitaciones impuestas en esta conciencia por los vehículos inferiores son de tal drástica naturaleza ,que difícilmente hay algo en común entre las expresiones de los planos inferiores y superiores.
                               La primera tarea del aspirante (sadhaka) es por lo tanto, no tratar de alcanzar la iluminación sino quitar las pesadas oscuraciones impuestas por los vehículos inferiores ,de modo que pueda trabajar a la luz que llega a través de los vehículos más sutiles en los planos espirituales. Es esta luz,  que es la luz de buddhi. Por un largo tiempo, el aspirante tiene que trabajar a la luz de esta conciencia espiritual, y es solamente cuando el proceso de purificación y perfección se ha completado, que está en una posición de traspasar los velos más sutiles y alcanzar la iluminación.
                               También sigue de lo que se ha dicho arriba, que la liberación del jivatma o mónada, debe ser un proceso gradual y progresivo y no es necesario para el aspirante esperar los resultados hasta que se alcance la última etapa . De hecho, tan pronto como comienza el proceso de purificación y armonización, comienza  a aparecer un cambio en la conciencia, aunque puede que este no se manifieste en la forma que él espere o desee. Por ejemplo, muchos aspirantes al comienzo de su práctica de cualquier tipo, esperan ver visiones y cosas de esta clase. Pero generalmente, no sucede nada de este tipo. Todo lo que el aspirante probablemente va a experimentar ,es un espacio interno y fuerza y capacidad para ver los problemas de la vida y sus ilusiones, sus debilidades y tonterías, más claramente. Algunas veces cuando hay una gran cantidad de impurezas ocultas dentro de los vehículos inferiores, las  correspondientes debilidades pueden ser  arrastradas a la superficie y el aspirante puede  en efecto, sentir un aumento transitorio de desorden y deterioración moral. Pero si toma estas cosas como un asunto de  dirección y presiona hacia su meta con determinación e inteligencia, estas nubes están destinadas a dispersarse gradualmente y permitir que atraviese más luz.

                                       The Theosophist, Febrero de 2004.
                                       Tradujo: Perla